Francia recurrirá a la farmacia para elevar su tasa de vacunación

El Gobierno lanza un gran plan de renovación de su política de vacunas que se apoya en la concertación ciudadana

París, 18 de enero. El contexto es revelador. La tasa de vacunación de la gripe ha caído 13 puntos desde 2008. Los profesionales de salud constatan una bajada de la vacunación de bebés y existe la preocupación del repunte de la rubeola en Francia. Si la vacunación es objeto de controversia desde hace muchos años, parece que la desconfianza se extiende más allá de los movimientos antivacunas hasta el punto de comprometer la seguridad sanitaria colectiva. Pero hay que recordar que las vacunas son una de las grandes conquistas de la sanidad del siglo XX. Como recuerda la ministra de Salud, Marisol Touraine, la difteria causaba 3.000 muertos al año antes de la introducción de la vacuna en 1945 y el tétanos provocaba 1.000 fallecimientos al año. Sin embargo, las causas de la desconfianza ante esta terapia preventiva son múltiples: desinformación, falta de percepción sobre el repunte de enfermedades que se consideraban desaparecidas, tensiones de abastecimiento, visibilidad insuficiente de la política de vacunación, etcétera.

"Se trata de un debate social que es necesario abrir", afirma Isabelle Adenot, presidente del Consejo Nacional de la Orden de Farmacéuticos de Francia, quien se muestra favorable a las recomendaciones y al plan de acción presentado por la ministra para relanzar la política de vacunación en Francia. 

El lanzamiento de una consulta ciudadana es una buena idea, señala igualmente Patrick Errard, presidente de LEEM (Empresas del medicamento en sus siglas en francés). Para este experto, Touraine tiene razón al preguntarse sobre las prácticas de vacunación de Francia, recordar a la población y querer armonizar el plan de vacunación con los otros países. Incluso aunque sólo sea para alinear la demanda francesa con la oferta de actividades industriales, que a su vez responde a las necesidades mundiales, sin olvidar que los fabricantes franceses y alemanes aportan el 80 por ciento de las vacunas del mundo.

Consciente de que la coexistencia de vacunas obligatorias y recomendadas perjudica la comprensión de la política de vacunas, la ministra asegura que, en el actual contexto de desconfianza, "renunciar al carácter obligatorio de ciertas vacunas conduciría sin duda a debilitar la cobertura vacunal".

Y ¿qué pueden hacer los farmacéuticos? Vacunar, ¡claro! Es en todo caso el deseo del presidente de la Asociación de farmacéuticos UTIP, Alain Guillminot. "Es una práctica que reivindicamos y por la que habíamos ya lanzado actividades de formación", recuerda. Y reclamar la unidad de la profesión para responder a esta cuestión de salud pública. "Deseo que superemos las diferencias sindicales y vayamos con una sola voz con la Orden para defender el principio de vacunación en farmacia", indica. "La intervención del farmacéutico podrá hacer evolucionar de manera significativa la tasa de cobertura vacunal", añade.

Una posición compartida por la presidenta de la Orden. Isabelle Adenot reafirmó recientemente su deseo de ver a sus compañeros practicar este nuevo gesto en sus farmacias, subrayando igualmente sus numerosas contribuciones a la política de vacunación. Informar y aconsejar sobre los beneficios y riesgos de la vacunación, pero también mejorar la difusión de la información sobre la disponibilidad real de las vacunas.

Fuente: Le Quotidien du Pharmacien