Viernes, 26 de abril de 2024

Cosmetovigilancia y seguridad de los cosméticos

Rosalía Gozalo Corral, vocal de Dermofarmacia y productos sanitarios

"Estando regulados por leyes propias, el mercado de los productos dermocosméticos es libre. Ya no solo vemos estos productos en puntos de venta más o menos tradicionales (grandes superficies, cadenas de perfumerías, peluquerías, centros de belleza, etcétera), sino que cada día más, los encontramos en más canales, alguno de ellos hasta sorprendentes.

Estamos ante un consumidor intoxicado de información, información muchas veces no veraz, donde internet juega un papel fundamental como fuente. Un consumidor que cada día se cuida más, con unas exigencias muy bien definidas y con unos criterios de selección muy determinados. Un consumidor que demanda respuestas.

Pero ¿la información que manejan es siempre fiable? ¿Quién les asegura que el producto que han elegido es el idóneo y el que se ajusta perfectamente a sus necesidades actuales? ¿Quién valida la eficacia del producto? ¿Se ha planteado en algún momento su seguridad?

Como mujer que se cuida, tras cumplir diariamente y de forma rigurosa con mi PROTOCOLO DE BELLEZA (en mayúsculas), me acuesto con la ilusión de levantarme radiante, con una luminosidad increíble, piel hidratada, jugosa y tersa. La ilusión aporta felicidad, ganas de vivir y confianza en uno mismo. ¡A mí también!

¿Cómo me levantaré tras aplicar un producto que desconozco, que no me han explicado y promete rejuvenecer mi piel diez años? Como farmacéutica, tengo claro que mis células no se alimentan de ilusión, sino de conocimiento científico e innovación, aplicado a ingredientes, activos, formas galénicas y tecnología, y todo ello bajo un paraguas de seguridad.

¿Realmente el usuario se plantea la seguridad de los productos dermocosméticos en el momento de la compra? Mi respuesta es NO.

Como FARMACEUTICA defiendo la Oficina de Farmacia como el canal perfecto para la venta de productos dermocosméticos. Somos un espacio de salud, de confianza, donde se respira ciencia y conocimiento por nuestra formación continuada, y donde el consejo en la Atención Farmacéutica también está presente en todas las categorías  de productos que manejamos a diario y que nada tienen que ver con el medicamento tradicional.

Por nuestras venas farmacéuticas circula el deber de la responsabilidad, el compromiso con la salud y seguridad de nuestros usuarios ofertando siempre soluciones eficaces a los problemas de piel, cuidados capilares, higiene bucodental, etcétera.

Apoyamos la prescripción dermatológica, aclaramos dudas sobre la patología diagnosticada y somos un apoyo psicológico e incondicional para muchos pacientes con afecciones en la piel. Investigamos los productos y laboratorios con los que vamos a trabajar porque somos profesionales de la salud y rechazamos radicalmente la publicidad engañosa y los productos milagro.

Para dar respuesta a las necesidades que hoy tienen los usuarios en el ámbito de la salud y del bienestar, tenemos que ser rentables y desarrollar nuestra sección Dermofarmacéutica de forma adecuada y esto cada día requiere más exigencia. Lo que era válido hace un año para desarrollar la categoría eficazmente, ahora es insuficiente. El esfuerzo que tenemos que dedicar, muchas veces nos deja sin aliento. ¡¡¡No podemos ser un competidor más!!!

Tenemos que poner en valor nuestros activos, activos únicos que nos hacen diferentes, para que el usuario no solo nos tenga presentes, sino que únicamente se plantee la compra de los productos dermocosméticos en nuestras Oficinas de Farmacia. Para ello tenemos que seguir trabajando la Atención Dermofarmacéutica con especialización y seguimiento que verifique la eficacia y seguridad.  

Ya venimos dando pequeños pasos y ha llegado el momento de dar uno gigante que nos distancie a años luz de nuestros competidores: conocer en profundidad la Cosmetovigilancia, formarnos, implicarnos y añadirla a nuestra "batería" de activos diferenciadores. Y algo muy importante, comunicarlo!!!

Comunicar al usuario que, tras un producto cosmético, hay una responsabilidad importante, muy importante. Comunicarlo con énfasis. Porque ¿quién responde ante una reacción adversa cuando compras en un mercadillo un fotoprotector solar? ¿Quién le explica al usuario cuando coge de una estantería sin consejo ni asesoramiento profesional adecuado un despigmentante, que la irritación, inflamación, enrojecimiento que le ha llevado a un servicio de urgencias se debe a un efecto adverso o es simplemente un mal uso del producto en condiciones inadecuadas?

El usuario simplemente asume la quemadura solar, la irritación, la inflamación y la tarde en urgencias, llega a su casa, tira el producto, el dinero, en muchos casos la salud y a otra cosa. El se merece respuestas y nosotros los farmacéuticos tenemos la responsabilidad y obligación legal de dárselas a través de la COSMETOVIGILANCIA.

Otras preguntas que nos podemos hacer son: ¿qué se considera efecto adverso a un cosmético? ¿Hay diferentes tipologías? ¿Es obligatorio comunicar estos efectos adversos? ¿Tenemos una responsabilidad legal como distribuidores si no lo hacemos? ¿Cómo lo hacemos? ¿A quién y dónde? ¿Quién y cuándo?

Tenemos la obligación legal de conocer que existen varios tipos de reacciones adversas, hay que saber identificarlas y conocer los sistemas de comunicación de estos efectos no deseados. Pero para identificar estas reacciones adversas a los productos cosméticos y tener claro si dependen del usuario, medio ambiente o del producto, hay que formarse en ellas.

Hay que formarse en actuación farmacéutica, en cosmetovigilancia, conocer el alcance, las responsabilidades, conocer el Reglamento (CE) sobre los productos cosméticos, formarse en protección de datos y confidencialidad, tener claro que hay que notificar (efectos no deseados y efectos graves no deseados ), formarse en prevención, etcétera. Todo ello nos llevará, sin ninguna duda, a dar un valor añadido al canal farmacéutico, una mayor seguridad al consumidor, posicionarnos, crecer y alejarnos de nuestros competidores.

El curso online que el COFM, de forma pionera, pone en marcha con el patrocinio del Laboratorio Sesderma nos da la oportunidad a todos los farmacéuticos de seguir creciendo como profesionales de la salud y de desarrollar la categoría como un área de negocio rentable y diferenciador".

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"Tenemos la obligación legal de conocer que existen varios tipos de reacciones adversas, hay que saber identificarlas y conocer los sistemas de comunicación de estos efectos no deseados. Pero para identificar estas reacciones adversas a los productos cosméticos y tener claro si dependen del usuario, medio ambiente o del producto, hay que formarse en ellas".

COSMETOVIGILANCIA: UN VALOR AÑADIDO A LA DERMOFARMACIA

Fecha de inicio: 15/10/2015 | Fecha de fin: 13/11/2015

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