Francia. No al doble discurso

París, octubre de 2013. En la última reunión de 10 de octubre, un simple vistazo a las propuestas formuladas por Frederick Van Roekeghem [director de la Seguridad Social francesa] permite avanzar el futuro en las negociaciones sobre los honorarios farmacéuticos. Por primera vez, la Seguridad Social ha tomado la medida de la situación. Juzgue usted mismo: sobre los 5.300 millones de euros de margen de la farmacia sobre el medicamento reembolsable del que es directamente responsable, la Seguridad Social propone convertir cerca de la mitad en honorarios farmacéuticos, es decir, 2.500 millones de euros. Esto fue suficiente para convencernos de seguir las negociaciones. Esta renumeración de nuevo cuño se repartiría entre los honorarios por envase propuestos de 1 euro, que se ajustarían con 0,50 céntimos para valorar las dispensaciones complejas, como las recetas de cinco presentaciones y más.

Me gustaría detenerme un instante en este último punto: si bien estos honorarios representan poco más o menos que el 1 por ciento del total, el símbolo que representan es importante. Por primera vez, la Seguridad Social reconoce la contribución de los farmacéuticos en la dispensación. Esto no puede ser más que el principio: ¿por qué no remunerar por actos de fuerte valor añadido de la farmacia, como la dispensación de tratamientos sustitutivos de opiáceos o las intervenciones farmacéuticas, cuando un farmacéutico llama a un médico y este tiene la obligación de modificar su prescripción?

Estas cuestiones, evocadas durante muchos años, ya no están en un estado de hipótesis sino en negociación. Me comprometí desde mi primer mandato y no habrá marcha atrás: 2014 verá el nacimiento oficial de los honorarios de dispensación farmacéutica. ¿Quién lo hubiera pensado hace solo cinco años?

La actualidad ha traído, sin embargo, una inquietud: la relacionada con la cooperación comercial en genéricos, que va a conducir a un farmacéutico ante los tribunales tras una inspección de la Dirección general de la competencia, el consumo y la lucha contra el fraude (DGCCRF). Esta persona no puede ser  víctima de un doble discurso: estas cantidades destinadas por los laboratorios para promocionar sus marcas nunca han sido objeto de una contabilidad oculta y han sido siempre declaradas ante Hacienda por nuestras empresas. Los farmacéuticos practican la transparencia total sobre los descuentos, como reclama el Gobierno, y continuarán haciéndolo. Estos descuentos han salvado a muchas farmacias de la bancarrota en los últimos años manteniendo sus resultados a flote en un medicamento del medicamento caracterizado por una bajada de precios y de volúmenes.

No reclamamos más que una cosa: que los farmacéuticos sean retribuidos por lo que saben hacer. Dispensar recetas, sustituir medicamentos, explicar las interacciones, garantizar el cumplimiento es nuestra actividad principal. Y es por este trabajo por el que debemos ser remunerados correctamente.

Fuente: FSPF