Por su interés para los lectores, reproducimos el artículo del presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, Alberto García Romero, publicado en el Anuario 2013 editado por el Grupo Contenidos.
"Parece que la farmacia española está condenada a vivir en una zozobra permanente. Cuando el viento soplaba a favor, es cierto que las oficinas de farmacia ingresaron más, como cualquier otro sector de actividad económica, pero también nos vimos obligados a pagar esta bonanza devolviendo parte de los ingresos, con un decreto que todavía hoy arrastramos.
Cambiaron las tornas y nuestra facturación cayó en picado e incluso hemos tenido que buscar fórmulas para financiar las recetas que dispensábamos, porque las administraciones no tenían dinero y no podían pagar las recetas. Hoy son muchos los compañeros que, por desgracia, se encuentran entre la espada y la pared y deben afrontar esta difícil situación con muchos sacrificios personales para seguir manteniendo su servicio.
La crisis que padece este sector se ha hecho más patente durante estos dos últimos años, pero me temo que es una enfermedad que no está asociada a la coyuntura económica y que requiere de remedios de largo alcance. Los farmacéuticos no nos resignamos y queremos revertir esta situación que está empobreciendo nuestro modelo de farmacia.
El Consejo General de Colegios Farmacéuticos trabaja en esta línea desde hace tiempo y ya se van conociendo los primeros resultados que demuestran el potencial y beneficio de una farmacia asistencial donde sus farmacéuticos han decidido dar un paso adelante para implicarse más en los tratamientos y asumir nuevas cotas profesionales.
Es el mismo camino que estamos recorriendo el colegio que presido, junto al Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona, y que iniciamos el año pasado, en el congreso de Infarma Madrid 2012, al poner en marcha un proceso para escuchar a los propios profesionales de la farmacia que se concretará en una propuesta de futuro que presentaremos en Infarma Barcelona 2013. Pensamos que son ellos los protagonistas y quienes deben decidir el futuro de la profesión, hasta dónde quieren llegar. Los colegios seremos instrumentos de esta voluntad para buscar los cauces legales y las condiciones con las administraciones para que estas aspiraciones se conviertan en una realidad.
Nada resulta más estimulante que dar la palabra a los colegiados y tomar nota de sus ideas y propuestas de cambio. En Madrid y Barcelona lo estamos haciendo a través de grupos de trabajo que están contando con una participación activa y comprometida de los profesionales. Pero ¿qué retos nos han planteado? Lo primero es que reforcemos su papel como agentes de la salud dentro del sistema sanitario, integrados en programas con ambulatorios de referencia, en colaboración con otros profesionales de la salud. Los farmacéuticos quieren demostrar que sus conocimientos pueden ser muy útiles para los pacientes y también para el Sistema Nacional de Salud. Sus intervenciones ahorran y es la hora de demostrar con resultados estos beneficios para que las administraciones los tengan en cuenta y se busquen vías adecuadas para remunerarlos.
El sector está muy preocupado por su rentabilidad. En los últimos años, los márgenes profesionales se han deteriorado hasta niveles de subsistencia para muchas farmacias. Por eso, los colegiados quieren explorar alternativas de financiación para disminuir nuestra dependencia de las recetas que, ya hemos comprobado, se puede convertir a largo plazo en una pesada losa sobre la economía de las farmacias. La gran prioridad de nuestros colegiados es mejorar esta rentabilidad y nos han pedido que demos un paso al frente para ampliar la cartera de servicios con nuevas prestaciones públicas y privadas que sean retribuidas y protocolizadas, con nuevas líneas de negocio que mejoren la competitividad de unas farmacias que los propios colegiados entienden que deberán especializarse en sus áreas de interés.
Son sólo algunos de los objetivos y las prioridades marcadas por los colegiados, que también nos exigen un marco legal estable que les permita prestar estos nuevos servicios, pero con menos carga burocrática. Los farmacéuticos, ya lo hemos dicho, no somos recaudadores de tasas ni funcionarios obligados a comprobar el nivel de ingresos de los ciudadanos, somos profesionales de la salud y queremos ejercer como tales.
Queda ahora lo más difícil, que es llevar a buen puerto estas legítimas aspiraciones. Los farmacéuticos españoles están respondiendo con esfuerzo, compromiso y sacrificio personal a las duras decisiones que están adoptando nuestras autoridades para hacer viable el Sistema Nacional de Salud y que de nuevo están cargando en exceso el peso del ajuste y de los recortes en el sector del medicamento.
Ahora estamos obligados a construir una propuesta de futuro sólida y válida para todas las farmacias que colme las aspiraciones de la profesión y garantice la sostenibilidad económica del sector. Necesitamos para ello definir una posición clara y obtener el apoyo y colaboración de toda la profesión porque, sin cohesión y unidad, no lograremos nuestros objetivos".
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Portada Nº 75"La gran prioridad de nuestros colegiados es mejorar esta rentabilidad y nos han pedido que demos un paso al frente para ampliar la cartera de servicios con nuevas prestaciones públicas y privadas que sean retribuidas y protocolizadas, con nuevas líneas de negocio que mejoren la competitividad de unas farmacias que los propios colegiados entienden que deberán especializarse en sus áreas de interés", sostiene Alberto García Romero.
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