Roma, 15 de octubre. "Nos hemos convertido en el expendedor automático de billetes preferido del Gobierno Monti!", claman los farmacéuticos y los representantes de diferentes federaciones de farmacéuticos, ante las medidas de austeridad y las nuevas tasas introducidas por el Gobierno de tecnócratas de Mario Monti en sus dos últimos planes de reducción del gasto público.
"El pasado mes de julio, el Gobierno aprobó una disminución del 2,25 por ciento de la tasa de reembolso de los medicamentos de prescripción. Una decisión adoptada para recuperar las cuentas de la Seguridad Social en plena decadencia", explica Vittorio Cantarina. Para este farmacéutico, miembro del consejo de administración de Sinfarma, la cooperativa de farmacéuticos del Lacio que cuenta con 335 socios, las decisiones del Gobierno son puramente políticas. "Golpeada por la crisis económica, la opinión pública reclama la abolición de las llamadas categorías privilegiadas. Es ridículo. La reconstrucción de la región de Abruzzo, destruida en 2009 por un terrible seísmo, se hace gracias a la aportación económica de los farmacéuticos. Pero nadie lo dice", se enerva Vittorio Cantarina.
Durante un año y medio, los farmacéuticos han tenido que suscribir una disminución de la tasa del reembolso de los medicamentos con receta del 1,4 por ciento para financiar la reconstrucción. "La multiplicación de tasas hace caer las ventas", añade este sindicalista. Con la tasa de Abruzzo y la de la recuperación de la Seguridad Social, explica que sus ventas de medicamentos reembolsados habrán disminuido este año el 40 por ciento, a pesar del aumento del 10 por ciento del número de recetas.
Las quejas de los farmacéuticos y de sus representantes no acaban aquí. A la cabeza de la lista, la lentitud de la administración pública para pagar las facturas, el problema de las pensiones de los farmacéuticos, la desreglamentación de la apertura de las oficinas, la liberalización de los horarios y de los días de cierre, la autorización acordada a las parafarmacias de hacer formulación, la liberalización de las ventas de OTC y de productos veterinarios bajo prescripción y, en fin, la apertura de 5.000 nuevas farmacias. "Italia cuenta con 17.000 farmacias. En Roma, hay 713 y el decreto Monti prevé la apertura de 120 nuevas oficinas. Es la locura!", exclama Franco Caprino, presidente de Federfarma Lazio, la federación de los farmacéuticos. Y añade que esta medida multiplica los riesgos de cierre por las oficinas en crisis, las regiones arrastrando los pies cuando se trata de pagar las facturas de las recetas. "Una farmacia de cada cuatro está en crisis, cientos están en procedimientos de suspensión de pagos y los bancos multiplican las presiones sobre las oficinas que no pueden hacer frente a sus compromisos. Las agencias regionales de salud pagan las facturas a seis y siete meses y no en 60 días según las normas en vigor", subraya Caprino.
Por el contrario, los farmacéuticos deben pagar a sus proveedores en el momento. "Estamos obligados a llegar a acuerdos con los bancos y el Estado no tiene en cuenta los intereses aplicados por las entidades de crédito que penalizan la economía de los farmacéuticos", detalla el presidente de Federfarma Lazio, que también es titular de una farmacia.
¿Qué se puede hacer? "En primer lugar, modificar el organigrama de Federfarma eligiendo los representantes capaces de defender nuestros intereses ante la clase política. Luego, poner en marcha un sistema de comunicación adecuada para hacer comprender a la opinión pública que los farmacéuticos están también siendo golpeados por la crisis económica y que defienden la calidad del servicio público", analiza Luca Barberini, miembro de Federfarma. También apunta que para sobrevivir, los farmacéuticos están obligados a transformar sus oficinas en supermercados. "Pronto venderemos productos de limpieza para compensar las bajadas de ventas. El Gobierno habla de relanzar la economía y frenar el paro y no se da cuenta que al estrangularnos nos está llevando suavemente a la puerta de salida".
Fuente: Le Quotidien du Pharmacien
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Portada Nº 71Durante un año y medio, los farmacéuticos han tenido que suscribir una disminución de la tasa del reembolso de los medicamentos con receta del 1,4 por ciento para financiar la reconstrucción. "La multiplicación de tasas hace caer las ventas", añade este sindicalista. Con la tasa de Abruzzo y la de la recuperación de la Seguridad Social, explica que sus ventas de medicamentos reembolsados habrán disminuido este año el 40 por ciento, a pesar del aumento del 10 por ciento del número de recetas.
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