Madrid, 15 de febrero. Al frente del Comité Negociador de Servicios Farmacéuticos (PSNC) desde 2001, Sue Sharpe trabaja estrechamente con el Servicio Nacional de Salud inglés en el desarrollo y lanzamiento de nuevos servicios de salud pública prestados por las farmacias comunitarias que son remunerados por el sistema público. Sharpe es una defensora a ultranza de que "la intervención del farmacéutico aumenta la adherencia del paciente a la medicación" y recuerda que "los estudios muestran que hasta un 50 por ciento de los medicamentos no se toman de forma apropiada".
En esta entrevista antes de su participación en el Congreso Infarma Madrid 2012, esta abogada experta en regulación farmacéutica cree que una de las claves de futuro radica en que la sociedad entienda "que la farmacia está siendo pagada por servicios asociados con el uso del medicamento, no simplemente por la dispensación" y, para ello, aboga por "cambiar las expectativas de los pacientes" sobre lo que la farmacia puede ofrecer y asegurar que "todos los pacientes puedan recibir ese servicio".
¿Cuál es su idea de la farmacia comunitaria para los próximos años?
Nuestros sistemas de salud necesitan responder a las demandas de una población envejecida, muchos con enfermedades crónicas, y trabajar para reducir la carga en recursos sanitarios de las enfermedades evitables. En el Reino Unido, la enfermedad asociada a la obesidad es una de las grandes preocupaciones. Las farmacias comunitarias tienen los conocimientos, la fácil accesibilidad y cercanía con los pacientes y clientes, que les permite desarrollar programas de apoyo en ambas áreas. Con las actuales presiones económicas en nuestros países, podemos ampliar el papel que juegan las farmacias comunitarias, trabajando en colaboración con la profesión médica.
¿Qué ha supuesto el nuevo contrato de farmacia para las oficinas inglesas y qué tipo de servicios prestan?
El nuevo contrato introdujo ciertos servicios de salud pública y también el servicio de Revisión del uso de medicamentos (MUR, -en sus siglas inglesas-). El farmacéutico se reúne con el paciente y analiza cómo usa el paciente los medicamentos y cuál es su experiencia al tomar la medicación. Así se identifican un número de problemas de uso que los farmacéuticos podemos resolver facilitando información al paciente y en problemas que son derivados a los médicos, por ejemplo, proponiendo un cambio de formulación, dosis o medicamento.
Más recientemente, en octubre de 2011, hemos introducido el Servicio de Nuevo Medicamento. Este último estaba basado en la investigación que muestra que una intervención del farmacéutico a los pocos días de que se ha prescrito un nuevo medicamento (pude incluir un cambio de fármaco por un síntoma preexistente) aumenta de forma significativa la adherencia.
¿Cómo está el NHS haciendo esta transición de un modelo farmacéutico basado en la dispensación de medicamentos a otro donde la prestación de nuevos servicios de salud es también importante para la población? ¿Quién cree que debe liderar este proceso?
El Comité Negociador de Servicios Farmacéuticos (PSNC -en sus siglas inglesas-) trabaja estrechamente con el Servicio Nacional de Salud (NHS), para proponer nuevos servicios y asegurar que entendemos las preocupaciones del NHS. Hemos sido cuidadosos en asegurar que los propietarios de farmacia pueden gestionar la transición y que minimizamos cualquier interrupción en el modelo financiero de la empresa. En la actualidad, la gran mayoría de la financiación está ligada a la dispensación. Creo que la farmacia debe liderar a la hora de identificar qué servicios puede ofrecer demostrando cómo responden a los objetivos de política de salud del Gobierno, así como asegurando que la introducción de nuevos servicios son gestionables.
¿Cómo está funcionando?
Casi todas las farmacias están acreditadas para prestar el servicio MUR y cerca del 80 por ciento ofrecen el servicio a sus pacientes. El lanzamiento inicial del Servicio de Nuevo Medicamento fue incentivado con un pago inicial y nuestra estimación actual es que, después de cuatro meses de servicio, más del 50 por ciento de las farmacias estén ya ofreciéndolo. La valoración de los pacientes es excelente para ambos servicios. Con el MUR el beneficio principal para los pacientes fue conseguir mejor información sobre la medicación y el tratamiento. Con el servicio NMS las respuestas iniciales sugieren que los pacientes valoran al farmacéutico que muestra un interés en su bienestar.
En su opinión, ¿cuáles son las principales resistencias para cambiar el modelo?
La farmacia que ha desarrollado un negocio de éxito basado en el pago por dispensación está preocupada de forma comprensible por cualquier cambio que pueda interrumpir la estabilidad del ingreso y hacerlo menos seguro. Además, cuando se introdujo el servicio MUR, fue la primera vez que se requirió a los farmacéuticos registrar su uso de conocimiento clínico, y la confianza fue un gran reto que necesitamos superar. Las presiones de la carga de trabajo y la mayor delegación en personal de dispensación condujeron a cierta resistencia. Pero una vez estos retos fueron respondidos, muchos farmacéuticos manifestaron sentirse mucho más positivos al usar sus conocimientos y mejoró la satisfacción de su trabajo.
¿Cree que la contratación de servicios farmacéuticos puede ser una fuente de financiación futura tan relevante para las farmacias como los sistemas basados en márgenes sobre el precio de los medicamentos o un buen escudo contra los impagos de la Administración?
Creo que es esencial ampliar el servicio y asegurar que en el futuro se entienda que la farmacia está siendo pagada por servicios asociados con el uso del medicamento, no simplemente por la dispensación. La presión sobre los ingresos de la farmacia es inevitable en el estado actual de la economía y la fuerte demanda de asistencia sanitaria. Los estudios muestran que hasta un 50 por ciento de los medicamentos no se toman de forma apropiada, por lo que gran parte del gasto en medicamentos no está dando los resultados esperados. El desarrollo de estos servicios puede llevar a mejores resultados para los pacientes y así a un uso más efectivo de los recursos sanitarios.
¿Son los nuevos servicios farmacéuticos coste-efectivos y una vía de ahorro para los sistemas públicos?
Este es un reto internacional, no sólo de la farmacia. Por ahora no existe una evaluación económica y de salud sólida para los servicios, pero la investigación ha sido encargada para el Servicio de Nuevo Medicamento, y esperamos que demuestre el valor de la intervención en la adherencia del paciente.
¿Cómo está el NHS retribuyendo los servicios profesionales prestados por las farmacias comunitarias?
En la actualidad, el pago por servicio MUR es por cada MUR emprendido. Hay un tope en el número que las farmacias pueden prestar cada año, para permitirnos gestionar el presupuesto. Con el Servicio de Nuevo Medicamento estamos experimentando con un sistema de niveles por objetivo y pagos a banda, pero esto está en revisión actualmente. El objetivo es incentivar a la farmacias para que incorporen la prestación del servicio en su actividad normal de negocio, pero no tenemos todavía el acuerdo ultimado.
¿Deberían todas las farmacias comunitarias ofrecer la misma cartera de servicios o deben competir en función de su localización, tamaño, perfil de pacientes o ingresos?
Nuestra ambición debe ser cambiar la comprensión de lo que el servicio de farmacia ofrece a los pacientes y esto significa que debemos asegurar que todos los pacientes puedan recibir ese servicio. Así el servicio principal asociado con el medicamento prescrito debería ampliarse para incluir servicios similares a los que hemos introducido, y todas las farmacias deberían prestar el mismo servicio en esta área. Esto significa que es necesario introducir el cambio en el tiempo y también reconocer la necesidad de cambiar las expectativas de los pacientes.
Fuente: COFM
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Portada Nº 62Sue Sharpe considera esencial ampliar el servicio y asegurar que en el futuro se entienda que la farmacia está siendo pagada por servicios asociados con el uso del medicamento, no simplemente por la dispensación. La presión sobre los ingresos de la farmacia es inevitable en el estado actual de la economía y la fuerte demanda de asistencia sanitaria. Los estudios muestran que hasta un 50 por ciento de los medicamentos no se toman de forma apropiada, por lo que gran parte del gasto en medicamentos no está dando los resultados esperados. El desarrollo de estos servicios puede llevar a mejores resultados para los pacientes y así a un uso más efectivo de los recursos sanitarios.
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