Buenos Aires, 23 de enero. El Colegio de Farmacéuticos de La Pampa en Argentina ha reclamado al Ministerio de Salud de la provincia la regulación de la actividad del sector y la cantidad de establecimientos abiertos. De esta manera, se quiere dar marcha atrás a la desregularización neoliberal de los años noventa, que llevó a que se sature de farmacias algunas localidades de la provincia.
La dirección del Colegio quiere que se debata nuevamente y se ponga en marcha una ley votada en el año 1994 por la Legislatura provincial y que luego fue vetada por el gobernador Rubén Hugo Marín, ya que contradecía la política nacional. La normativa establecía que se pondría una farmacia cada determinada cantidad de habitantes, como ocurre en la provincia de Buenos Aires, y también que se respetaría una distancia entre comercio y comercio. La reclamación fue hecha por las autoridades del Colegio luego que asumió el cargo el ministro Néstor González, el 13 de diciembre pasado.
En los años noventa, Marín desreguló la actividad farmacéutica. En 1989, durante el gobierno de Néstor Rufino Ahuad se hizo un decreto para sistematizar la cantidad de farmacias de acuerdo a la cantidad de habitantes y la distancia entre comercios. La normativa era para todas las localidades de la provincia. Esto permitió que localidades pequeñas, como el caso de Monte Nievas, por nombrar alguna, tuvieran su farmacéutico.
Pero en 1991, con la presidencia de Carlos Menem, comenzó la desregulación, presentada como una política liberal que permitiría un mayor acceso a los usuarios, una mejor actividad profesional y mejorar los servicios y hasta bajar los precios. Pero como muchas de las políticas aplicadas durante esa etapa, terminó volviéndose en contra de la actividad.
Número ideal
El problema más grave fue el crecimiento en el número de farmacias en la década de los noventa. En la actualidad, hay muchos negocios por cantidad de habitantes. Actualmente hay 220 establecimientos, de los cuales 196 pertenecen al Colegio de la provincia. La Organización Mundial de la Salud indica en sus estudios que el número ideal debería ser de 3.000 personas por cada farmacéutico, pero en La Pampa hay casi la mitad o menos, según estimaciones propias. Por ejemplo, en Santa Rosa hay 68 comercios.
La cantidad de farmacias ha acarreado la falta de sostenibilidad económica de los establecimientos. También ha provocado que profesionales de fuera de la provincia, en cuyas jurisdicciones la actividad está regulada, se instalen en La Pampa. Esto ocurre con Buenos Aires, donde la ley 10606 de "Ejercicio de Farmacia" establece que se autoriza "la habilitación de una farmacia por cada 3.000 habitantes por localidad, tomándose como base los datos arrojados por el último Censo Nacional de Población. En aquellas localidades de menos de 6.000 habitantes se podrá habilitar una segunda farmacia cuando la población exceda los 4.000 habitantes. En todos los casos, deberá existir entre las farmacias una distancia no inferior a los 300 metros, medidos de puerta a puerta por camino peatonal". Y en los núcleos urbanos a más de diez kilómetros de cabecera de Partido con población menor de 2.000 habitantes, la Autoridad Sanitaria podrá autorizar a título precario el establecimiento de botiquines mientras no actúen farmacéuticos con oficina de farmacia.
También en Mendoza, la actividad está reglamentada desde el año 2004. Allí se establece que las farmacias de la provincia, "por ser parte integrante del sistema de salud, serán racionalmente distribuidas en el territorio provincial de manera de asegurar la atención y calidad de su servicio a la totalidad de la población".
La desregulación llevó a que haya una mayor concentración de farmacias en determinadas zonas, sobre todo las más pobladas y comerciales -como en las cercanías a las clínicas-, y que no se descentralice la actividad hacia algunos barrios. Si bien la falta de estos comercios en determinadas zonas no siempre tiene que ver con la cuestión económica sino también con la seguridad.
Ley votada en 1994
El Colegio de Farmacéuticos quiere que el gobierno provincial ponga en marcha la ley de regulación votada en 1994. El proyecto fue del entonces diputado provincial Luis Alberto Campo, hoy secretario de Desarrollo, y firmado por los tres bloques que componían la Legislatura. Tuvo el visto bueno del Colegio y la Cámara de Farmacéuticos -ésta luego se desdijo-, y de otros colegios de profesionales. Sin embargo, al estar en contra de las políticas neoliberales del Ejecutivo, el gobernador Marín la vetó. En el año 2010, Campo, ya como vicegobernador, quiso reflotarla y tuvo un encuentro con la dirección del Colegio. Pero el tiempo pasó y no hubo avances.
Por otro lado, Carrefour anunció el pasado 25 de enero el traspaso de las cinco farmacias con su marca abiertas en Argentina a un grupo de farmacias independientes. La cadena de supermercados cerró las puertas de estos establecimientos hace una semana y pone así fin a su estrategia de aperturas de farmacias en sus centros.
Fuente: La Arena.com.ar y La Nación
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Portada Nº 61La presidencia de Carlos Menem justificó la desregulación de las oficinas de farmacia en 1991 como una política liberal que permitiría un mayor acceso a los usuarios, una mejor actividad profesional y mejorar los servicios y hasta bajar los precios. Dos décadas después, no se han alcanzado ninguno de los objetivos, sino que se han saturado de farmacias las poblaciones más pobladas, dejando sin farmacias a los núcleos de población más pequeños, según denuncia el Colegio de Farmacéuticos de La Pampa.
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