Nueva York, mayo. Gran parte de la información que podría suponer un importante ahorro económico y ayudar a los médicos a tomar las decisiones correctas no está frecuentemente disponible en el momento en que los nuevos fármacos llegan al mercado, según una investigación realizada por investigadores estadounidenses.
El estudio, publicado por el Journal of the American Medical Association, refleja que cerca de un tercio de los nuevos medicamentos aprobados por la Agencia Federal del Medicamento estadounidense (FDA, en sus siglas inglesas) no incluyen datos comparativos con alternativas existentes. "Incluso cuando estas cosas están accesibles, te consumen demasiado tiempo", señala Joshua Gagne, un farmacéutico en la Universidad Médica de Harvard en Boston.
Este hecho deja a los aseguradores y proveedores sanitarios en desventaja cuando intentan encontrar el medicamento mejor y más barato para sus pacientes, asegura a Reuters Health.
En 2009, el Congreso destinó 1.100 millones de dólares para apoyar una investigación comparativa de medicamentos, que ayudaría a los médicos a elegir entre varios fármacos.
Pero esa información rara vez aparece hasta años después de que el medicamento alcance al mercado, porque los fabricantes sólo necesitan mostrar que sus productos funcionan mejor que una píldora de azúcar.
"Existe un desfase entre el momento en que el medicamento llega al mercado y el momento en que se genera resta información", admite Gagne. Con sus colegas, ha analizado datos de 197 medicamentos aprobados entre 2000 y 2010. Después de excluir los fármacos para enfermedades sin tratamientos alternativos, el 70 por ciento de las aprobaciones contienen algunos datos sobre cómo los nuevos productos responden frente a otros.
Los expertos que hablaron con Reuters estaban divididos en su reacción ante el estudio. El doctor Robert Temple, que dirige la Oficina de Política Médica de la FDA en el Centro de Evaluación e Investigación del Medicamento, dijo que estaba sorprendido de cuántos laboratorios habían facilitado datos comparativos, a pesar de no ser requeridos a hacerlo. "Considerando de que no hay ninguna obligación, es bastante impresionante", señala en conversación telefónica.
Otro experto escogió el lado contrario. "Un tercio de los nuevos medicamentos aprobados no tienen ningún dato comparable", lamenta el doctor Alec B. O'Connor, de la Universidad de Rochester en Nueva York. "Creo que todos diríamos que es triste". Además señala que cree que los nuevos medicamentos deberían siempre ser probados frente a otras alternativas probadas para tratar una enfermedad dada.
En un estudio reciente, O'Connor había intentado comparar el coste eficiencia de diferentes analgésicos. Pero se demostró casi imposible, porque casi ninguna investigación había hecho estas pruebas medicamento a medicamento.
"Cuando un nuevo medicamento está disponible, si no se compara con los que ya usamos, no sabemos si es mejor o peor, sólo estamos adivinando. Si eres un paciente, no creo que te gustase que tu médico adivine", asegura. "Podrías ahorrar mucho dinero si tuviésemos mejores datos comparativos en el momento de la aprobación", añade. "Es una estrategia donde ganamos todos, pacientes, médicos y sociedad".
Fuente: Reuters Health
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Portada Nº 51La información comparada de los nuevos tratamientos con los ya existentes rara vez aparece hasta años después de que el medicamento llegue al mercado, porque los fabricantes sólo necesitan mostrar que sus productos funcionan mejor que una píldora de azúcar.
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