Madrid, 11 de mayo. El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), Alberto García Romero, reconoció ayer el difícil momento económico que atraviesa la farmacia, pero animó a los farmacéuticos a "dar un paso al frente para seguir aportando valor sanitario específico al paciente y a la sociedad". Para ello considera "imprescindible" que la farmacia "se convierta en un centro para la salud", porque "el modelo basado exclusivamente en el medicamento está agotado". En su opinión, "lo que no hagamos en base a nuestra cualificación profesional, otros lo intentarán hacer por nosotros".
Durante su intervención en una jornada sobre OTC organizada por el laboratorio Normon, García Romero señaló que la farmacia se encuentra en un "momento de cambio en el que hace falta plantear medidas novedosas". El concierto recientemente firmado con la Comunidad de Madrid apunta en esta dirección.
El presidente abordó así algunas de las novedades introducidas en el concierto, como la revisión del catálogo de servicios incluido en la cartera de prestaciones farmacéuticas, "acciones profesionales orientadas a la salud y que resultan útiles para la sociedad". Con carácter indicativo, se recogen en el concierto programas como la dispensación de metadona, sistemas personalizados de dosificación, cribado de patologías como el VIH, diabetes, o cáncer de colon, seguimiento de pacientes crónicos o el programa de atención farmacéutica domiciliaria, "servicios para personas solas que lógicamente se cobrarán si salen adelante", añadió el responsable del COFM.
García Romero defendió la formación y la especialización del farmacéutico como modelo de futuro y abogó por revisar el modelo retributivo de la farmacia, de modo que se mantenga un margen fijo por producto, pero que incluya también un porcentaje variable por servicio sanitario prestado o disponibilidad de servicios, entre otros conceptos.
Para el presidente "es necesario profundizar en la vía profesional", ante la política de recortes del gasto público reflejada en la insuficiencia presupuestaria para abonar las recetas y la caída de precios de los medicamentos (el 30 por ciento de las unidades vendidas tienen un PVP menor de 3,5 euros), que han deteriorado el margen bruto de la farmacia, al pasar del 30 por ciento al 22,8 por ciento actual en poco más de diez años.
Otra de las amenazas latentes, en su opinión, sigue siendo Europa. "Espero que no se produzca una intervención de la economía española, como ha sucedido con Grecia, Irlanda y Portugal, porque una de las primeras recetas aplicadas en esos países ha sido desregular las farmacias comenzando por el sistema de planificación", aseguró ante sus colegiados.
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