Francia. La receta electrónica servirá para luchar contra el fraude a la Seguridad Social

La presidenta de la Orden de Farmacéuticos defiende este sistema para impedir la falsificación de recetas o el robo de talonarios

París, 27 de enero. El tráfico de medicamentos a través de recetas falsificadas va en aumento de una forma inquietante, apunta Isabelle Adenot. En una comparecencia ante el órgano de evaluación y control de las leyes de financiación de la seguridad social (MECSS), la presidenta del Consejo nacional de la Orden de Farmacéuticos ha defendido la idea de una receta electrónica como medio de luchar contra el fraude social.

El tráfico de medicamentos a través de recetas se ha perfeccionado. Los defraudadores están "mejor organizados", se ha lamentado la presidenta del Consejo nacional de la Orden de Farmacéuticos, en una reciente intervención ante la Asamblea Nacional francesa. Preguntada por los miembros del MECSS, Isabelle Adenot ha citado el ejemplo de un envío de medicamentos hacia la República democrática del Congo. No es el único caso. El modus operandi es cada vez el mismo. "Una falsa enferma", beneficiaria de la seguridad social, entra en la oficina con su carta Vitale. Presenta al farmacéutico una receta aparentemente buena y legal. A priori nada sospechoso, incluido el nivel de las posologías o los riesgos de interacciones medicamentosas. Algunos colegas tienen, sin embargo, dudas y llaman al médico que ha firmado la receta. Pero éste les confirma en directo su prescripción. El fraude es perfeccionado porque la persona que atiende no es por supuesto médico, sino cómplice. En cuanto a la tarjeta de seguridad social, no está falsificada, sino robada. Los farmacéuticos de oficina disponen en su base de datos informática de la "lista de las tarjetas de seguro de enfermedad " suministrada por el organismo pagador. Desgraciadamente, a menudo pasan varios meses entre el robo de las tarjetas y la inscripción en el listado, explica Adenot, que reclama un acortamiento del proceso.

Pacientes agresivos

En otros casos, la empresa es más simple: una receta robada que lleva una firma mal imitada, una duración del tratamiento extravagante o incluso una línea de prescripción burdamente añadida. En muchos casos, además, ante la sospecha de los farmacéuticos, los defraudadores se muestran a veces violentos. "Cuando enfrente tienes a personas agresivas, que están ahí para cometer fraude y les niegas el medicamento, te encuentras físicamente en situaciones difíciles ", asegura a los parlamentarios, contando haber sido víctima de una agresión en su farmacia para este motivo.

Para la presidenta de la Orden, la solución para acabar con estos tráficos existe: la receta electrónica.  Acabaría con las prescripciones de médicos falsos, las recetas robadas o falsificadas. Así un médico prescribiría informáticamente a través de su ordenador y lo enviaría a una base de datos central. La farmacia, con la tarjeta de seguridad social del paciente, abriría el acceso a esta receta electrónica. "Este sistema ya existe en un cierto número de países ", subraya Isabelle Adenot.  ¿Y en Francia? "Estamos a punto", asegura la presidenta de la Orden. Trabajamos actualmente con las diferentes Órdenes de prescriptores en esta cuestión. El servidor alojador podría ser el del expediente farmacéutico. A los quince días, podríamos empezar".

Suspensión de ejercicio

La idea podría seducir a los poderes públicos que están comprometidos desde hace varios años en la lucha contra el fraude. Además, según Adenot, la prescripción electrónica podría matar dos pájaros de un tiro: impedir no sólo el fraude de los pacientes, sino también el de los profesionales de la salud. Sea lo que sea, los que juegan a este juego arriesgan mucho, recuerda la presidenta de la Orden. "Es el objeto de todas nuestras suspensiones de ejercicio estos últimos años, insiste. La Orden es inamovible en este género de situación. "Entre 2006 y 2010, se han decretado por lo menos seis suspensiones definitivas de ejercicio profesional, sin contar todas las suspensiones temporales cuya duración superior a un año obliga al titular a ceder su farmacia".

Fuente: Le Quotidien du Pharmacien