Berlín, 17 de enero. El Parlamento húngaro ha aprobado una nueva ley de farmacia. Desde comienzos de este año, las cadenas propiedad de almacenes, laboratorios e inversores extranjeros están prohibidas. Los inversores externos que no pertenezcan a estos grupos pueden tener sus propias participaciones en las nuevas farmacias. Sin embargo, la mayoría del holding debe estar en manos de los farmacéuticos. Las condiciones de propiedad de las cadenas de farmacia existentes se protegen. Sin embargo, hasta 2014 al menos un cuarto de las participaciones tiene que ser transferidas a un farmacéutico registrado. Para 2017, todas las cadenas tienen que transferir sus participaciones mayoritarias y la gestión de las farmacias a los farmacéuticos.
Las normativas para las cadenas de farmacia serán más rígidas en el futuro. En ciudades con una población de más de 50.000 habitantes tiene que haber un mínimo de 4.000 personas para ser dispensado por una farmacia, en ciudades más pequeñas, la distancia a la farmacia más cercana tiene que ser al menos de 250 metros.
Además un farmacéutico no puede tener en propiedad más de cuatro farmacias. Los farmacéuticos interesados en la apertura de un dispensario necesitan una concesión, que no es transferible y puede ser transferida a sus herederos en caso de que sean farmacéuticos. Las concesiones sólo serán garantizadas después de un concurso público.
Más aún, cualquier sistema de descuentos, como los bonus por receta o regalos promocionales, están prohibidos desde ahora. Las tarjetas de almacén sólo pueden ser entregadas si los clientes usan sus puntos de recogida para servicios farmacéuticos, como la medición de la tensión arterial.
Marcha atrás gubernamental
Después del primer borrador de legislación de noviembre del pasado año, el secretario de estado de Salud, el doctor Miklós Szócska, invitó a los representantes de las asociaciones de farmacia, las cadenas de farmacias, así como las asociaciones de mayoristas a negociaciones sobre la norma. Sin embargo, después de varias modificaciones el Parlamento aprobó la ley en diciembre con variaciones insignificantes respecto al texto conocido en noviembre.
En 2001, el partido conservador en el Gobierno había aprobado una ley de farmacia similar, que hizo obligatorio que la mayoría de la propiedad estuviese en manos de farmacéuticos registrados. En ese momento, se garantizó un periodo de transición de cinco años a las cadenas. El jefe de Gobierno en ese momento era Viktor Orbán, el mismo que ahora ha aprobado la nueva ley.
Sin embargo, la regulación anterior nunca se hizo realidad. Antes de que el periodo de transición finalizara, el gobierno siguiente liberalizó el mercado de la farmacia. El nuevo Gobierno eliminó las prohibiciones que pendían sobre la propiedad de terceros y la limitación del número de farmacias, así como la obligación de estar atendidas por farmacéuticos y el requisito de que todos los medicamentos tienen que ser vendidos exclusivamente en farmacias. Incluso las máquinas dispensadoras automáticas de productos OTC fueron legalizadas.
De acuerdo a la Asociación Húngara de Farmacéuticos, la nueva legislación es apropiada. "Seis años son un periodo adecuado para prepararse para el efecto de la reforma", señala un portavoz.
Por el contrario, las cadenas protestan contra la nueva regulación y recurrirán al Tribunal Constitucional húngaro. "La intervención retroactiva del Estado contra la propiedad es contraria a la Constitución"; indica Karolina Koroki, presidenta de la Asociación de Cadenas de Farmacia Húngaras. Cerca de un tercio de las 800 farmacias en cadena están ahora controladas por los mayoristas Phoenix, Hungaropharma y Humantrade (Teva).
Fuente: Pharma Adhoc.
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