Alemania. Farmacéuticos, médicos, dentistas y hospitales cargan contra la burocracia del Gobierno  

Berlín, 11 de abril de 2024. Los cuatro pilares principales de la asistencia sanitaria en Alemania criticaron duramente este jueves la política sanitaria del ministro federal de Sanidad, Karl Lauterbach.

En la rueda de prensa participaron los líderes de la Asociación Nacional de Médicos de la Seguridad Social (KBV), la Asociación Nacional de Dentistas de la Seguridad Social (KZBV), la Asociación Alemana de Hospitales (DKG) y la ABDA (Asociación Federal de Farmacéuticos Alemanes). Las asociaciones cargaron contra la política sanitaria y mostraron su preocupación por el futuro de los médicos, dentistas, hospitales y farmacias en toda Alemania y cerca de casa. “Sin decisiones políticas inmediatas, es de esperar que se produzcan brechas dramáticas en la oferta sanitaria”, advirtieron.

Todas las organizaciones criticaron duramente la inmensa carga de la burocracia, que ha vuelto a aumentar durante el Gobierno de coalición del semáforo, en alusión a los colores de las tres formaciones que lo integran: el Partido Socialdemócrata, el Partido Democrático Libre y la Alianza 90/Los Verdes. Piden a los políticos que desburocraticen, especialmente el suministro. A juicio de los portavoces, son innecesarios, por ejemplo, numerosos requisitos de documentación. En última instancia, la burocracia excesiva significa que cada vez hay menos tiempo para la atención de los pacientes.

Desde el punto de vista de KBV, KZBV, DKG y ABDA, el trabajo autónomo como elemento central de la atención médica, dental y farmacéutica y la diversidad de proveedores en el panorama hospitalario corren hoy un gran riesgo. En lugar de fortalecer y estabilizar las estructuras existentes, el ministro quiere invertir en nuevas estructuras innecesarias, como los quioscos de salud. Por lo tanto, faltan los recursos necesarios para la atención.

La forma en que Karl Lauterbach hace política y la comunica también suscita un fuerte rechazo por parte de las organizaciones. Además de los puntos débiles en el contenido de los proyectos de ley, las cuatro asociaciones lamentan la falta de respeto que el ministro muestra hacia el autogobierno y, en última instancia, también hacia los pacientes para los que trabaja día tras día. El ministro se refiere así, de forma reiterativa, a las organizaciones con tareas definidas legalmente como “grupos de presión” y se niega a hablar con sus portavoces.

Las instituciones sanitarias lamentan que, hasta ahora, el ministro haya llamado la atención principalmente a través de anuncios públicos en gran medida vagos. La implementación política concreta no se produjo en absoluto, fue poco entusiasta o extremadamente tardía. Por ejemplo, Lauterbach anunció enfáticamente al comienzo de su mandato que no habría recortes en sus beneficios. De hecho, sus decisiones políticas significan que los pacientes recibirán o ya están recibiendo cada vez menos servicios en menos lugares.

KBV, KZBV, DKG y ABDA piden al ministro Lauterbach y a la coalición del semáforo que vuelvan a centrarse en la atención al paciente. Esto requiere reformas sostenibles que fortalezcan las estructuras de oferta existentes. Las organizaciones se refieren a las propuestas de diseño constructivo que conoce el ministro desde hace meses. El estado de ánimo de los proveedores de servicios está en su punto más bajo. Están llegando a sus límites y ya no pueden brindar la atención a la que los pacientes estaban acostumbrados.

Voluntad de reforma

Antes de que se tramiten los próximos proyectos de ley, el ministro Lauterbach debe abrir un diálogo con quienes configuran la provisión de servicios a diario. Las soluciones propuestas están sobre la mesa y hay voluntad de reforma. Sin embargo, si el cambio de rumbo necesario no se produce ahora, en las próximas semanas las cuatro organizaciones harán campaña dirigida a los trabajadores sanitarios y, sobre todo, al público en general, a través de diversos canales, sobre las consecuencias devastadoras de esta política para el cuidado de alrededor de 84 millones de pacientes en Alemania.

Para los hospitales, el doctor Gerald Gaß, director general del DKG, señala: “La importante reforma estructural hospitalaria fue tan mal gestionada por el Ministerio que prácticamente se puede hablar de un fracaso. Hoy ni siquiera existe un proyecto de ley coordinado para una ley que aún no requiere aprobación. El conocido “no borrador” describe en 15 páginas el aumento de la burocracia, sin que se alcancen ni remotamente los objetivos centrales de la ley. Una financiación de reservas claramente ineficaz, una planificación hospitalaria basada en grupos de servicios muy alejada del modelo NRW y que plantea más preguntas que respuestas, y un fondo de transformación financiado esencialmente por los contribuyentes a las compañías de seguros de enfermedad legales. En general, un resultado desastroso después de dos años y medio de gobierno”.

El director general de KBV, el doctor Andreas Gassen, explicó: “Demasiado complicado, no pensado y con enormes consecuencias que difícilmente se pueden prever. Así se pueden describir actualmente casi todos los proyectos de ley de Lauterbach. Aparte de eso, también existe la incertidumbre sobre en qué etapa oficial o no oficial se encuentran los borradores que se han conocido. Lo que los borradores tienen en común es que favorecen la atención estandarizada y centrada, con estándares cuya utilidad no está clara desde la perspectiva de la atención. Las consultas médicas y psicoterapéuticas están dirigidas por autónomos independientes que hacen lo mejor que pueden, dentro de sus posibilidades, en su ubicación y con su personal. Esto no encaja en ningún modelo nacional: o no se entiende o no se quiere. En lugar de ello, se formulan exigencias completamente imprácticas que afectan la gestión de la práctica hasta el último detalle y exigen cada vez más servicios a las consultas. Sería fácil dar el primer impulso real a través de algunas regulaciones de rápida implementación, como una reducción pragmática del presupuesto de los médicos generales o la abolición de las sanciones a TI”.

Martin Hendges, director general de KZBV, explicó: “Dadas las desastrosas condiciones políticas, difícilmente se puede garantizar una atención dental integral tal como existía anteriormente. La nueva terapia de la periodontitis orientada a la prevención se ve especialmente afectada por esta política sanitaria anticuidadosa. La periodontitis influye, entre otras cosas, en enfermedades generales graves como enfermedades cardiovasculares, diabetes y enfermedades reumáticas. La periodontitis no tratada también genera elevados costes de seguimiento para nuestro sistema sanitario, que contrarrestan la estabilización de los gastos del seguro médico obligatorio. ¡Por lo tanto, pedimos a los políticos que pongan fin inmediatamente y para siempre a la presupuestación introducida en 2022!” Hendges también advirtió que aún no se ha creado ninguna regulación legal para los centros de atención médica operados por inversores fuera del sistema de atención médica (los llamados iMVZ). La proporción de iMVZ en todas las MVZ dentales ronda ahora el 30 por ciento. Son 468 iMVZ y la tendencia sigue aumentando. Las iMVZ, centradas en la obtención de beneficios rápidos, representan una amenaza importante para la atención de los pacientes: para frenar finalmente de forma efectiva la progresiva comercialización del sistema sanitario, la referencia espacial y profesional de un hospital patrocinador debe ser un requisito previo para que la autoridad pueda fundar una hospital de iMVZ.

Por su parte, Gabriele Regina Overwiening, presidenta de ABDA, afirma: “El número de farmacias lleva años disminuyendo. Como resultado, cada vez más pacientes tienen que recorrer distancias más largas para llegar a la farmacia. Sólo el año pasado se eliminaron alrededor de 500 farmacias, lo que corresponde al número de farmacias en Turingia. También este año los problemas de origen político suponen enormes cargas. Los equipos de farmacia resuelven los innumerables obstáculos en la dispensación y ayudan a las personas en el difícil comienzo de la receta electrónica. Las farmacias se hacen cargo de todo esto a pesar de la agobiante escasez de trabajadores cualificados. La tarifa de farmacia no se ha ajustado desde hace 11 años y, recientemente, la coalición del semáforo incluso la redujo. El señor Lauterbach conoce estas amenazas, pero, en lugar de estabilizar la oferta cerca de casa, anuncia reformas ficticias. Sus ideas actuales implican grandes recortes en los servicios para la población. Si se cambiaran las tarifas, aún más personas perderían su farmacia. Y en las farmacias falsas previstas faltaría la experiencia de los farmacéuticos. Esto significa que varios servicios requeridos ya no podrían ofrecerse. Un compromiso serio con una atención sólida se ve diferente”.

Fuente: ABDA