Bruselas, 1 de abril de 2023. Desde el 1 de abril, los farmacéuticos pueden ofrecer a sus pacientes polimedicados una revisión de la medicación encaminada a optimizar su tratamiento detectando posibles problemas como efectos adversos, mal uso, infrautilización, interacciones o abuso de determinados medicamentos.
Para facilitar el despliegue de este nuevo servicio reembolsado, el Gobierno belga ha aprobado un presupuesto de 2,9 millones de euros. Se calcula que casi 300.000 pacientes toman al menos 5 medicamentos (reembolsados) de forma crónica en Bélgica.
La Asociación de Farmacéuticos de Belga (APB, en sus siglas en francés) ha cerrado un acuerdo con la Seguridad Social de Bélgica (INAMI) y las mutuas que permite a los farmacéuticos ofrecer a sus pacientes polimedicados un nuevo servicio de revisión de medicación que está íntegramente reembolsado.
El farmacéutico comprobará si la medicación del paciente es óptima, bien utilizada y adaptada a sus necesidades; comprobará si los cambios en el tratamiento son necesarios para evitar, por ejemplo, riesgos de interacciones entre diferentes medicamentos; y analizará si el tratamiento con ciertos medicamentos puede reducirse o incluso eliminarse después de un cierto período de tiempo.
El médico del paciente será informado de las intervenciones propuestas. “Por supuesto, la buena comunicación y consulta entre los dos proveedores de servicios es esencial”, señala la APB.
“Como experto en medicamentos, el farmacéutico de referencia se asegura de que la pauta de medicación de sus pacientes crónicos sea completa y esté actualizada”, destaca Koen Straetmans, presidente de la APB. “La revisión de la medicación es una prioridad en el manejo de la medicación del paciente y una habilidad específica del farmacéutico de referencia. En el marco de un enfoque multidisciplinario, el médico y el farmacéutico tienen así una visión más integral y pueden actuar de manera mucho más concertada, en beneficio del paciente”, señala en el comunicado.
Un gran impacto negativo en la salud pública
Según los datos recogidos en el marco de programa SHARE, cerca de una persona mayor de 65 años de cada 3 está polimedicada en Bélgica. Esto sitúa a este país en cuarta posición europea (de 28 países estudiados). Sin embargo, la polifarmacia está asociada a muchos riesgos para la salud de los mayores, entre ellos el deterioro de su estado funcional general o el agravamiento de diversos síndromes geriátricos.
"La polifarmacia en pacientes de edad avanzada (65 años o más) puede tener un impacto negativo en su salud, en particular debido a un mayor riesgo de interacciones medicamentosas, recordó el Centro Federal de Expertos en Atención Médica (KCE) en 2019. Un impacto confirmado en particular por una investigación internacional que muestra que el 30 % de las hospitalizaciones de ancianos están relacionadas con el uso inadecuado de medicamentos, y que la mitad de estas hospitalizaciones podrían haberse evitado.
“En nuestro país -especifica Koen Straetmans- se producen 42.000 hospitalizaciones al año por problemas relacionados con los medicamentos, de los que la mitad se consideran evitables. Para el seguro de salud, esto representa un coste anual de 200 millones de euros, de los que, en teoría, podría evitarse la mitad”.
Los resultados del estudio SIMENON lanzado en 2016 en Bélgica ya habían confirmado la eficacia y viabilidad del apoyo a pacientes polimedicados por su farmacéutico de referencia. Y en los países donde la revisión de la medicación ya está integrada en la práctica del farmacéutico comunitario, este tipo de seguimiento ha demostrado en gran medida su valor, generando tanto beneficios para la salud de los pacientes como ahorros para el seguro de enfermedad.
Un papel decisivo para el farmacéutico de referencia
En virtud de su función como farmacéutico de referencia, los farmacéuticos comunitarios pueden identificar a los pacientes que probablemente necesiten una revisión de la medicación y beneficiarse de un apoyo personalizado en el uso adecuado de su medicación. Este apoyo, que no requiere prescripción médica, incluye 2 entrevistas. La primera permite al farmacéutico revisar con su paciente el uso de su medicación; hacerle algunas preguntas para comprender mejor sus expectativas y necesidades; comprobar las dificultades y problemas que pueda plantear la tramitación, etcétera, al mismo tiempo que le da la oportunidad de hacer todas sus preguntas.
Tras analizar toda esta información, el farmacéutico invita a su paciente a una segunda entrevista para sugerirle adaptaciones a su tratamiento, con el fin de optimizar el efecto, y proporcionarle un plan de medicación actualizado.
Obviamente, el farmacéutico comparte su plan de acción (incluidos los problemas asociados con los medicamentos identificados, así como las intervenciones propuestas) con el médico tratante del paciente y supervisa su implementación. Previo a la realización de la revisión de la medicación, el farmacéutico y el médico acuerdan en particular el intercambio de información en las distintas etapas del proceso. Gracias a este diálogo abierto entre su farmacéutico de referencia y su médico tratante a través de revisiones de medicamentos, los pacientes pueden optimizar el uso diario de sus medicamentos, en beneficio de su salud.
“Un tratamiento óptimo para el paciente hace 3 años no es necesariamente óptimo hoy. El objetivo es evaluar periódicamente el régimen de medicación del paciente y adaptarlo a sus necesidades actuales. Esto permite racionalizar el uso de medicamentos y brindar un mejor seguimiento y una mejor atención a los pacientes. Gracias a la relación de confianza que mantienen con sus pacientes, los farmacéuticos están ampliando aún más su papel como prestadores de atención”, concluye Koen Straetmans.