Madrid, 6 de mayo. La teleatención farmacéutica es una herramienta que complementa la atención farmacéutica presencial, no la sustituye. Es una de las conclusiones del reciente Congreso Nacional que la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC) celebró en Madrid, entre el 5 y el 7 de mayo.
Países como Australia, Canadá, Inglaterra, Francia, Suecia, Países Bajos o Italia, entre otros, están ya desarrollando las posibilidades que ofrece la atención farmacéutica a distancia para responder a las necesidades de su población, según indicó Lars-Åke Söderlund, vicepresidente de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP), durante la mesa redonda que sirvió a SEFAC para presentar su propuesta de trabajo sobre el papel del farmacéutico en teleatención farmacéutica.
El vicepresidente segundo de SEFAC, Eduardo Satué de Velasco, apuntó las ventajas de la tecnología para optimizar el uso de los medicamentos y mejorar el acceso de la población a la salud, así como también sus límites. “Nadie puede intermediar con el paciente, porque estamos haciendo una atención directa”, subrayó.
Para aprovechar las oportunidades abiertas por la teleconsulta farmacéutica, término que mejor define su vertiente profesional según SEFAC, es necesario elaborar protocolos de trabajo, indicadores de calidad y disponer de una regulación precisa, señaló este farmacéutico comunitario en Maella (Zaragoza).
Preguntas como cuándo se presta el servicio de teleconsulta, dónde se va a realizar, cómo y con qué software, cuál va a ser la identificación del paciente a distancia y la verificación de las condiciones de dispensación o quién la puede solicitar son solo algunas de las muchas incógnitas que la regulación debe despejar. A las que habrá que añadir cuál será el reembolso del servicio o qué ayudas y financiación contará la farmacia española para desarrollar este tipo de atención farmacéutica que, sin duda, requerirá de una fuerte inversión.
De lo que no hay dudas, sobre todo, después de la experiencia vivida en la pandemia, donde cuatro de cada diez usuarios continuarán utilizando servicios de telesalud, según los datos expuestos por Lars-Åke Söderlund, es que servicios asistenciales digitales, como los asociados a la teleconsulta farmacéutica, beneficiarán tanto a los pacientes como al propio Sistema Nacional de Salud al ofrecer continuidad asistencial, atención profesional y humana a las personas con problemas de salud o geográficos para desplazarse hasta una oficina de farmacia y permitir integrar y colaborar a los profesionales que forman el equipo sanitario a través de una comunicación directa.
“La salud digital no es un atajo, sino una oportunidad de mejorar la calidad de vida del paciente”, recordó Eduardo Satué, que obligará a los profesionales, según apuntó, a realizar un esfuerzo extra para convertirse también en educadores en salud digital, con el fin de tratar de reducir la brecha digital entre la población, especialmente, de los mayores y grupos más vulnerables.