Sábado, 27 de julio de 2024

Manuel Martínez del Peral: “Quiero centrarme en las necesidades del sector y aprovechar las oportunidades abiertas en la pandemia”

El nuevo presidente del COFM aborda en la entrevista con Digital Farmadrid las nuevas líneas de acción de su Junta de Gobierno para los próximos cuatro años

Madrid, 28 de abril. Apenas nueve días después de tomar posesión como presidente del COFM, Manuel Martínez del Peral (Madrid, 1975) comparte con los colegiados las principales líneas de acción de la nueva Junta de Gobierno. Reforzar la atención colegial y facilitar al máximo el acceso a todos los servicios profesionales que ofrece el Colegio es uno de sus compromisos. Sin tiempo que perder, una vez iniciado el trámite parlamentario para aprobar la nueva ley de farmacia, aborda en esta entrevista los principales retos profesionales y económicos del sector. Tiene claro que deberá sumar los máximos apoyos profesionales, sociales y políticos para llegar lejos y conseguir los objetivos marcados.

¿Cómo se presentaría ante los colegiados que no le conocen y qué primer compromiso asumiría ante ellos?

Diría que soy una persona cercana y optimista, apasionado de mi familia y de esta profesión que comparto con todos mis compañeros. Soy titular de una farmacia en Las Rozas y creo que la experiencia que me dan mi ejercicio como farmacéutico, y también como vicepresidente del Colegio durante estos últimos ocho años, me ha aportado suficiente conocimiento y visión para trabajar en lo que de verdad importa a los farmacéuticos. No me verán en batallas que no respondan al interés de mis compañeros. Quiero centrarme en las necesidades que veo en el sector y aprovechar también las oportunidades que los farmacéuticos hemos abierto con un gran trabajo durante la pandemia. Espero ganarme su confianza y ser, sobre todo, útil logrando los objetivos que nos hemos marcado la nueva Junta de Gobierno. Mi primer compromiso es, desde luego, con ellos: estoy a su entera disposición para trabajar juntos con seriedad y eficacia.

Uno de los primeros pasos que ha anunciado de su presidencia es la creación de la figura del Defensor del Colegiado. ¿Quién ejercerá esta función y en qué consistirá?

Será un puesto de nueva creación y todavía está por concretarse tanto el quién como cuáles serán sus funciones. Sin duda, el perfil será de un farmacéutico que está al día de la profesión, con criterio y con capacidad de hacer aportaciones constructivas.

¿De qué forma se quiere potenciar el acceso a los servicios y herramientas del COFM a todos los colegiados?

Hemos pensado varias vías. En primer lugar, queremos facilitar la formación de todos nuestros colegiados. Para ello, vamos a crear un bono formativo para todos los colegiados a cuenta del superávit anual que pueda generar el Colegio. Se trata de revertir cualquier beneficio en ahorros en cuotas, publicaciones o formación. Además, vamos a mejorar la asistencia jurídica que proporcionamos, dando a conocer mejor este servicio e incluyendo una línea específica sobre posibles planes europeos y ayudas públicas, y queremos también poner a su disposición nuevas herramientas tecnológicas para permitir el acceso al mundo digital. El objetivo es reforzar la atención que reciben y facilitar al máximo el acceso a todos los servicios profesionales que ofrecemos.

Entre los retos más inmediatos, figura la Ley de la Farmacia y el nuevo concierto farmacéutico. ¿Qué destacaría como esencial de este nuevo marco de regulación y cómo cambiará el ejercicio profesional en el futuro?

Es un cambio fundamental. No podemos seguir con la regulación de 1998. Necesitamos un nuevo marco legal para la profesión que nos ofrezca, en primer lugar, seguridad jurídica para avanzar en nuevas áreas de desarrollo profesional, como salud pública, prevención, cribados y un largo etcétera de funciones que los farmacéuticos hemos puestos en marcha con éxito a lo largo de la pandemia. Igual de estratégico es disponer de una ley que refuerce y consolide nuestro modelo territorial de acceso a los medicamentos. El proyecto de ley aprobado ofrece todas estas garantías y nos permite, además, adaptarnos a los nuevos tiempos y asumir también nuevos retos tecnológicos. Hay todavía puntos que necesitan una revisión, por ejemplo, lo recogido sobre la farmacia hospitalaria. Ya nos hemos reunido con la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria y estamos alineados en las principales demandas. Tenemos también que abordar la dispensación de los medicamentos de diagnóstico hospitalario y crear un nuevo marco de colaboración. Lo importante ahora es sumar para lograr el máximo consenso posible en la tramitación de la ley por la Asamblea de Madrid.

Su candidatura ha incidido especialmente en la digitalización de la farmacia. ¿Cómo se pretende replicar digitalmente el modelo de farmacia, como ha adelantado, y qué facilidades van a encontrar las farmacias para promover este acercamiento digital al ciudadano?

Así es. Hay una nueva revolución digital en marcha y los farmacéuticos debemos estar ahí abriendo nuevos canales de atención, ofreciendo nuevas herramientas digitales, desarrollando proyectos de teleasistencia y de salud digital. La tecnología es una de las claves para garantizar la continuidad asistencial y también para mejorar la experiencia del paciente. El Colegio quiere estar también en este desarrollo y, para ello, queremos poner a disposición de los colegiados herramientas para facilitar y hacer accesible este salto al mundo digital. Vamos a crear un nuevo departamento de Nuevas Tecnologías y Farmacia y queremos ser muy activos en la búsqueda de financiación a través de los fondos europeos de ayuda a la digitalización para hacerlo posible.

En su toma de posesión, recordó una verdad dolorosa para el sector: el medicamento es el único bien que, año tras año, ve recortados sus precios. Con los actuales niveles de inflación, ¿por dónde habría que empezar para cambiar esta tendencia y reforzar la economía del sector?

Estamos dispensando a precios que son un 6-8% inferiores a la media entre 2008 y 2010, a lo que hay que sumar un IPC que ronda el 25% desde entonces. Esto no es normal, es insostenible. Los ajustes en sanidad no se pueden cargar siempre sobre los precios de dispensación de la farmacia. Tenemos un sistema de precios de referencia que impone, precisamente, bajadas continuas. A esto hay que sumarle los descuentos y deducciones que nos aplican desde 2000, además de una tendencia a sacar los medicamentos más innovadores del canal de la farmacia. Necesitamos revisar esta política que tanto nos penaliza y nos debilita como sector, recuperando también medicamentos para la farmacia comunitaria, acercándolos al paciente y primando lo sanitario frente a lo económico. La farmacia no puede invertir ni desarrollarse en estas condiciones.

¿Promover una farmacia más asistencial implica necesariamente remunerar los servicios profesionales prestados?

Absolutamente. Cualquier nuevo servicio farmacéutico que planteemos debe contemplar su remuneración. Es de justicia. Somos profesionales y su prestación requiere tiempo, formación e inversión en recursos humanos. Esto siempre debe estar encima de la mesa y así lo defenderemos en la negociación con la Administración. Los farmacéuticos ya hemos demostrado el valor sanitario y económico que tiene nuestra actuación en áreas donde somos expertos, como el seguimiento farmacoterapéutico, la adherencia a los medicamentos o la indicación en síntomas menores. Ahora es el tiempo de hacer valer estos servicios y de encontrar las vías y el marco adecuado para poder concertarlos.

También ha planteado aplicar descuentos sobre las cuotas de colegiación y facturación u otros servicios colegiales. ¿Serán realidad en este ejercicio?

Esa es nuestra intención. Hay que ver si es posible con un ejercicio ya en marcha. Estamos buscando nuevas vías de ahorro y también de generación de recursos para cumplir con este compromiso. Vamos a hacer todo lo necesario, con una gestión eficaz, para ayudar a los colegiados en un ejercicio muy difícil en lo económico, con un nivel de inflación que no veíamos desde hace mucho tiempo.

Se ha marcado, igualmente, la independencia de la corporación. ¿Cuáles serán las líneas rojas de la institución en sus relaciones con otras instituciones y empresas?

Nuestra imagen profesional es el principal activo que tenemos como farmacéuticos. Se construye día a día con mucho esfuerzo. Lo hemos visto durante la pandemia, donde esta imagen ha salido muy reforzada, según las encuestas manejadas por el Colegio. Queremos que los ciudadanos sigan confiando plenamente en sus farmacéuticos y, para ello, tenemos que ser conscientes de que nos debemos, en primer lugar, a ellos. Estamos a su servicio. Queremos ser muy cuidadosos en este punto, precisamente, para defender el derecho que los ciudadanos tienen a recibir una prestación farmacéutica de la máxima calidad profesional. De esta forma, siendo garantes de esta actuación profesional, cumplimos con nuestro papel como Colegio. Obviamente, esto excluye cualquier interferencia que no atienda este principio. Durante los últimos años, el Colegio ha desarrollado un modelo de cumplimiento normativo que responde a nuestra voluntad de autorregularnos y que vamos a seguir al pie de la letra. El cumplimiento de la ley y el respeto también a los principios, valores éticos y a las buenas prácticas forman ya parte de nuestra cultura corporativa.

¿Qué alianzas pretende forjar en el futuro para que la voz de los colegiados y sus intereses se tengan en cuenta?

Si queremos llegar lejos y alcanzar objetivos, es imprescindible sumar apoyos profesionales, sociales y políticos. No podemos ir en solitario. Por eso, me propongo buscar sinergias y aunar criterios con el Consejo General, en primer lugar; también con las principales patronales del sector; y, lógicamente, con las administraciones con los que debemos trabajar coordinados. Quiero, además, estrechar la relación con los representantes de las distintas profesiones sanitarias y con las distintas plataformas y asociaciones de pacientes. Es esencial que colaboremos para conseguir los resultados que queremos en los tratamientos. Debemos reivindicar que los farmacéuticos somos los máximos expertos del medicamento y, para ello, debemos trabajar también con las sociedades científicas y la universidad. Es uno de los ejes para construir alianzas, siempre con la vista puesta en trabajar en red con el resto de profesionales sanitarios y también con los propios pacientes.

Juan Marqués
 

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Portada Nº 184
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Revisión de la política farmacéutica

"Estamos dispensando a precios que son un 6-8% inferiores a la media entre 2008 y 2010, a lo que hay que sumar un IPC que ronda el 25% desde entonces. Esto no es normal, es insostenible. Los ajustes en sanidad no se pueden cargar siempre sobre los precios de dispensación de la farmacia", afirma el presidente del COFM.

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