Francia. Los sindicatos muestran su desacuerdo

Las farmacias quieren el pago de sus actuaciones

París, 21 de julio. Los sindicatos representantes de los farmacéuticos, recibidos ayer por el director de gabinete de la ministra de Salud, Roselyne Bachelot, salieron de la reunión con impresiones diferentes. La Unión Nacional de Farmacéuticos de Francia (UNPF) señaló en primer lugar los reproches relativos a la huelga de guardias y de urgencias del 10 de julio, lo que provocó numerosas llamadas al 17 para saber las farmacias de guardia. Sobre todo, el sindicato se sorprendió de las nuevas demandas de explicación sobre las dificultades económicas de las farmacias. "Nos han dicho que los servicios del Ministerio estudian varias pistas, pero que hacen falta todavía elementos para efectuar un trabajo microeconómico y dirigirse a las farmacias en dificultad. Hemos alertado a la ministra hace cinco meses, es la cuarta reunión sobre la materia, esperaba que se evocaran las pistas y los perímetros de trabajo. Es una decepción", indica Claude Japhet, presidente de la UNPF.

Por su parte, el presidente delegado de la Unión de Sindicatos de Farmacéuticos de Oficina (USPO), Gilles Bonnefond, está satisfecho de la apertura del diálogo del Ministerio. "Dos reuniones van a programarse en agosto y a principios de septiembre para abordar el margen de los farmacéuticos, con una simulación en macro y microeconomía para no desestabilizar a algunos en beneficios de otros. Serán así abordadas los grandes condicionantes, los EHPAD, la reestructuración de la red y los incentivos fiscales a las agrupaciones, así como la medicación oficinal".

En cuanto a la huelga de guardias y de urgencias, la USPO quiere en primer lugar conocer la opinión de sus afiliados antes de pronunciarse. "Es por lo que voy a convocar un consejo de administración extraordinario a finales de la semana. Debemos estar vigilantes, el director de gabinete nos ha dicho con claridad que si no deseamos organizar más las guardias, podría transferir esta misión a otras estructuras". La USPO no levanta por eso sus otras medidas, a saber el almacenamiento de los grandes envases devueltos por los pacientes para enviarlos hacia el Ministerio a la reapertura y la parada de los pagos automáticos de las facturas en solidaridad con los colegas en suspensión de pagos.

El problema de fondo sigue siendo que los sindicatos están siempre en desacuerdo con las soluciones propuestas para mejorar la economía de la farmacia.

Pago por actuación

Los tres sindicatos de oficinas han incidido durante la reunión con el Ministerio en las dificultades económicas que atraviesa el sector. La cifra de ventas no progresa, el margen (en euros) decrece, la tesorería está en cifras negativas y las liquidaciones se han convertido en  moneda corriente. "En Ile de France, hemos tenido que hacer frente a un cierre por semana", señalaba recientemente el presidente de la Unión de Farmacéuticos de la región parisina (UPRF), Patrick Zeiton. ¿La culpa es de la crisis? El problema es más profundo.

Desde 2005, los planes de medicamentos se suceden, empujando cada año un poco más a la farmacia a los números rojos. Con el control de la medicación, el consumo de medicamentos ha disminuido 200 millones de unidades en cinco años. "No nos oponemos a estas medidas, pero deseamos que se tenga en cuenta su impacto en nuestro margen", explica Philippe Gaertner, presidente de la Federación de Sindicatos Farmacéuticos de Francia. Además, los costes de la farmacia han aumentado. Para la FSPF, "los poderes públicos deben, urgentemente, dar a la red oficinal los medios de su permanencia".  "Hay urgencia si queremos que la profesión acepte los desafíos recogidos en la Ley HPST", asegura Gilles Bonnefond, presidente delegado de la USPO.

La desventaja de la linealidad

La prioridad de los sindicatos es la modificación del margen regresivo lineal que está en vigor y su adaptación al contexto económico actual marcado por el frágil crecimiento de los mercados y la débil evolución del Objetivo Nacional de Evolución de los Gastos en Seguridad Social.

A priori, la ministra de Salud no hará nada en contra. Roselyne Bachelot ya ha juzgado necesario adaptar el modelo económico de la oficina a un mercado del medicamento menos dinámico. Además, parece ser favorable a una evolución del modo de remunerar a las farmacias. "El papel del farmacéutico como un agente de cuidados de primera necesidad ha sido reconocido en la ley Hospital, pacientes, salud y territorios", aseguró a finales de abril. Concretamente, los farmacéuticos estarán cada vez más implicados en las acciones de prevención, educación terapéutica, seguimiento de pacientes que sufren patologías crónicas. Eso va a tener implicaciones sobre el modo de remunerar a los farmacéuticos que va a comprender de forma progresiva una parte de remuneración fija en función de su implicación en estas nuevas funciones. Para los sindicatos, ya no es hora de buenas intenciones. Quieren acciones. Y rápido.

Fuente: Le Quotidiem du Pharmacien