Viernes, 29 de marzo de 2024

¿Por qué entran los ciudadanos a las farmacias y qué servicios les gustaría encontrar?  

Los encuestados aprueban que las farmacias presten servicios de valor añadido, como test COVID-19, administración de vacunas, asesoramiento nutricional o medición de la glucosa, el colesterol o la tensión arterial, entre otras prestaciones  

Madrid, 18 de noviembre. Preguntar directamente a los ciudadanos usuarios de la farmacia es la mejor forma de conocer y contrastar en qué estado se encuentra la transición profesional que el sector está acometiendo hacia una farmacia de servicios, más asistencial y volcada en la prevención y la promoción de la salud.

Los resultados del Estudio Avicena, desarrollado y promovido por el Instituto ProPatiens y el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, revelan que existe todavía un largo trecho por recorrer para que coincidan las expectativas y aspiraciones depositadas por buena parte de la profesión en la vía asistencial y la realidad del día a día de la oficina de farmacia.

La primera pregunta que se plantea la investigación presentada, el pasado 11 de noviembre, en el COFM es: ¿por qué entran los ciudadanos a las farmacias? Podría parecer una obviedad señalar que el 86% del total de encuestados (591) busca medicación. Solamente 72 usuarios aseguran recurrir a la farmacia por otros motivos. Pero la respuesta sirve para subrayar el desconocimiento que los ciudadanos tienen sobre la oferta de servicios para el cuidado de la salud disponibles en muchas farmacias, según subrayan los expertos que han elaborado la encuesta. Existe, por lo tanto, un gran espacio para trabajar en la figura del farmacéutico como agente de salud y de la farmacia como centro de salud.

Cabe, asimismo, indicar que solo tres de cada diez usuarios buscan consejo profesional del farmacéutico, que sí se percibe, de forma mayoritaria, como el gran experto del medicamento, especialista también en la prevención y la educación para la salud. En este punto, los autores de la encuesta recomiendan incidir en aquellas tareas que tienen un impacto directo en los resultados de salud obtenidos, como la adherencia a los tratamientos, el control de las interacciones medicamentosas y efectos secundarios, la farmacovigilancia, la monitorización presencial y a distancia, entre otras.

El estudio ofrece también pistas sobre qué tipo de servicios les gustaría encontrar a los ciudadanos cuando visitan una farmacia. En torno a la mitad de los encuestados están de acuerdo en que las farmacias realicen servicios de valor añadido, como test COVID-19 (63,4%), administrar vacunas (51,6%), prestar asesoramiento nutricional (49,5%), servicios de deshabituación tabáquica (38,9%), cribados de enfermedades (32,6%), control de la tensión arterial (57%), control bioquímico de la glucosa o el colesterol (56,1%), pruebas de detección que requieren la toma de muestras (50,3%), control y seguimiento de valores de coagulación (45,5%) o realizar test de antígenos (59%).

Asimismo, de los 80 pacientes que han precisado atención domiciliaria en domicilio, 75 consideran que este servicio prestado por el farmacéutico es necesario o muy necesario.

Acceso al historial médico y mejor coordinación

Otro dato de interés del Estudio Avicena es que tres de cada cuatro usuarios estarían de acuerdo en que el farmacéutico acceda al historial médico, lo que indicaría que los ciudadanos no muestran recelo a la posibilidad de consentir a otros profesionales sanitarios el acceso a sus datos clínicos cuando se trata de su salud.

Reseñable es también si existe o no coordinación y comunicación del farmacéutico con el Centro de Salud. Tres de cada cuatro participantes en el estudio lo desconocen y el 24,6% afirman tener conocimiento de su existencia. De las personas que confiesan conocer la existencia de esa coordinación/comunicación entre el farmacéutico y los profesionales sanitarios del Centro de Salud, el 62,2% (79) consideran que es suficiente y el 37,8% (48) que es insuficiente. Si a este dato le añadimos que el 75,5% del total de la muestra desconocen si hay o no coordinación entre estos profesionales sanitarios podemos concluir que este aspecto es fundamental de cara al futuro y se erige en un punto de mejora evidente.

Por último, es destacable que los usuarios valoran por encima del 85% las habilidades de comunicación del farmacéutico, tanto su empatía y cercanía, como la calidad de la información facilitada o su apoyo emocional.

Igualmente, cabe apuntar que uno de cada cuatro encuestados afirma haber recibido información de su farmacia a través de los nuevos canales y tecnologías de la información y la comunicación, fundamentalmente a través del teléfono, Whatsapp y correo electrónico.
 

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Portada Nº 180
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Uno de cada cuatro encuestados afirma haber recibido información de su farmacia a través de los nuevos canales y tecnologías de la información y la comunicación, fundamentalmente a través del teléfono, Whatsapp y correo electrónico.
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