Madrid, 28 de octubre. El portavoz de Sanidad del PP en el Senado, Eduardo Raboso, considera que “la farmacia siempre ha ido por delante de la Administración y de la pandemia”. En su opinión, “urge revisar y actualizar el papel de la farmacia tanto en la vacunación como en otros menesteres, porque han demostrado que pueden hacerlo y porque otros niveles se beneficiarán de la descarga asistencial”.
El doctor Raboso hizo estas declaraciones durante la jornada El papel de la farmacia en la vacunación de la población, que organizó el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), el pasado 6 de octubre. En esta línea, destacó que la farmacia “ha tenido un papel irreprochable y no dudó en llevar los medicamentos a domicilio, superando un marco normativo que era rígido e impropio”, recordó.
Durante el debate, también aseguró que “no hay que hablar de lo que hay que hacer, deberíamos estar hablando de cómo lo vamos a hacer. La farmacia ha demostrado un potencial sanitario poderosísimo y esto hay que incorporarlo, porque es un valor del que no podemos prescindir en el futuro”. Finalizó con una demanda: “No podemos dejar a la farmacia en el siglo XIX con un rol completamente anquilosado. Bajo ningún concepto no los podemos permitir”.
Sumar a los farmacéuticos españoles y la red de oficinas de farmacia a la estrategia de vacunación en España abre, sin duda, la oportunidad para dar un salto cualitativo en los programas de Salud Pública y conseguir los objetivos de inmunización que se marque el Sistema Nacional de Salud. Es una de las conclusiones compartidas durante la jornada.
El encuentro reunió a una destacada representación de expertos del sector farmacéutico, la política, los profesionales sanitarios y los pacientes. A lo largo de dos mesas redondas se abordaron las ventajas y los obstáculos existentes para que los farmacéuticos y la red de oficinas de farmacia tengan un mayor protagonismo en las campañas de inmunización, así como las experiencias desarrolladas en otros países.
El presidente del COFM, Luis González Díez, reivindicó el valor de la proximidad de la farmacia y animó a seguir los pasos de los 36 países donde los farmacéuticos juegan un papel central en la política de vacunación. “Los ciudadanos siempre tienen que estar en el centro de las políticas y la población de los países que cuentan con sus farmacias disfruta, en muchos casos, de la posibilidad de vacunarse de una forma rápida y cercana en las farmacias, sin esperas y sin tener que hacer grandes desplazamientos”, señaló. Asimismo, se mostró abierto a colaborar en los programas de inmunización que impulsen las administraciones con el resto de profesionales sanitarios, “tal y como los farmacéuticos madrileños hemos hecho durante la pandemia”, recalcó.
Durante la inauguración de la jornada, el presidente de Cofares, Eduardo Pastor, defendió la participación de la farmacia y la distribución en las campañas de vacunación, como ya sucede en 13 países de la Unión Europea, y recordó que, “tras la experiencia de la COVID-19, el único sistema de salud posible, el único sistema de salud sostenible -según precisó-, será aquél que cuente con todos los recursos sanitarios”. En este sentido, apuntó que “la red de farmacias podría aportar hasta 22.000 puntos de vacunación, contribuyendo así a disminuir la saturación actual de los centros de Atención Primaria y hospitales”. También subrayó el papel de la distribución a la hora de “asegurar el servicio y la trazabilidad integral de extremo a extremo”, así como de la farmacia, como garantía de servicio, para preguntarse: “¿Dónde mejor y de qué forma más segura podrían vacunarse los ciudadanos, si no es en su farmacia de confianza?”.
Por su parte, la secretaria del COFM y coordinadora de la jornada, Mercedes González Gomis, resaltó la capacitación y la preparación del farmacéutico para desarrollar nuevas funciones sanitarias en el terreno de la prevención, un profesional que, en su opinión, “está ahora desaprovechado”. “Queremos ayudar y colaborar, no sustituir ni invadir competencias de otros profesionales sanitarios”, finalizó su intervención para dar paso a las dos mesas redondas.
Mesa Redonda: La vacunación en la oficina de farmacia. Análisis de las actuales barreras normativas, conceptuales y políticas
Moderada por Carlos Cuesta, director adjunto de OKDiario, Rosario Cáceres, farmacéutica de la Asociación Española de Vacunología, puso de relieve el valor estratégico de la distribución territorial de la red de oficinas de farmacia, que consigue que “donde no hay centro de salud, ni comisaría, ni iglesia, hay siempre una farmacia”. Esta capacidad, añadió, “hay que utilizarla para asegurar la mayor accesibilidad posible de la vacuna de la COVID-19 y contra la gripe”, como hacen ya 12 países europeos. También destacó el hito marcado por el COFM en torno a la administración de vacunas por farmacéuticos en España y advirtió sobre la necesidad de estar preparados “para un invierno que pudiera ser duro”. “La pandemia no ha terminado y, además, los vacunólogos pronostican que la próxima epidemia de gripe podría ser más larga, más dura y empezar antes. Todo esto, unido a las enfermedades respiratorias estacionales y al COVID, podría desencadenar la tormenta perfecta”, aseguró.
En el turno de Julio Sánchez Fierro, vicepresidente de la Asociación Española de Derecho Sanitario, el jurista avanzó una fórmula legal para incorporar a los farmacéuticos y la farmacia a la vacunación. En su opinión, el artículo 24.2 de la Ley de Salud Pública y el artículo 86.6 de la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios abren un espacio para acordar este tipo de servicio de vacunación con la Administración regional en el marco de la actual legislación, “despejando así la inseguridad y la incertidumbre”. Para Sánchez Fierro, el papel del farmacéutico “es prometedor por lo que está sucediendo en nuestro entorno”. Según el experto, los documentos de la Federación Internacional Farmacéutica ponen el foco en las ventajas y fortalezas de la farmacia, “es una invitación a una función colaborativa, que es voluntaria y requiere una formación y acreditación, así como instalaciones adecuadas para colaborar de forma activa en el sistema de salud, en su área de prevención y salud pública”.
Por último, José Luis Pérez Olmo, director de Enfermería del SUMMA 112, recordó que, antes de la pandemia, “la vacuna estaba en Atención Primaria y ahora ha salido del entorno sanitario. Hemos ido a los centros de vacunación masiva”, en referencia a los cambios sanitarios que se han producido durante la actual crisis sanitaria. Este despliegue de dispositivos efectuado desde el Servicio de Urgencia Médica de la Comunidad de Madrid para vacunar se ha llevado a cabo en grandes centros como el estadio Wanda Metropolitano, el Wizink Center también en residencias, inmunizándose a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, bomberos o maestros, entre otros profesionales. En total, desde el 7 de enero al 4 de octubre se han administrado 1.159.797 vacunas. La necesidad de establecer circuitos seguros, la capacidad logística para almacenar y administrar las vacunas, el control de los efectos adversos y el despliegue de equipos sanitarios in situ han sido algunas de las cuestiones que mayor atención han requerido.
En la segunda mesa redonda moderada por José Antonio Vera, director de Publicaciones del Grupo Planeta, Carmen Peña, ex presidenta de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP), resaltó, en primer lugar, el valor de la vacunación en todas las etapas de la vida, que evita en la actualidad entre 2 y 3 millones de muertes por año, y subrayó la oportunidad que ofrece la farmacia para mejorar la cobertura de vacunación mundial.
Peña expuso las principales conclusiones del documento elaborado por la FIP en 2019 para promover la vacunación en las farmacias en el mundo, un documento que “es una hoja de ruta para la farmacia y, sobre todo, una oportunidad”, subrayó. Para Carmen Peña, “si hay voluntad política, se podrá hacer” la vacunación en la farmacia.
Entre las ventajas de poner en marcha un servicio de vacunación en la farmacia, Carmen Peña destacó el acceso, la proximidad, los horarios, la capacidad logística y de almacenamiento o la confianza del público, entre otras. “Permitir la vacunación en las farmacias mejora la eficiencia de los sistemas de salud y aumenta las tasas de vacunación”, precisó. Asimismo, resaltó la mejora del acceso a la atención sanitaria en zonas rurales y para las personas con problemas de acceso a los centros de salud y recordó que “todos los servicios deben ser remunerados porque, si no, no los valora ni quien los presta ni quien los recibe”.
En este sentido, defendió “el papel de los farmacéuticos como vacunadores contribuirá a aumentar la cobertura vacunal y la salud pública”. Para ello, “es esencial adoptar un enfoque de vacunación que abarque toda la vida y utilizar el potencial de la red de farmacias para la vacunación de adultos -y especialmente de los adultos mayores-, incluida la vacunación contra la COVID-19”.
Una de las grandes lagunas encontradas en el proceso de vacunación en las farmacias desarrollado en 33 países es que los farmacéuticos no tienen acceso a los registros de vacunación en la mayoría de los países (67% de los encuestados). Incluso en los países en los que la vacunación se realiza en las farmacias, sólo 12 de los 33 países y territorios tienen pleno acceso a los registros de vacunación, mientras que los otros 21 que respondieron informaron de que sólo tenían acceso a algunos datos, según la encuesta de la FIP.
Luís Lourenço, secretario profesional de la FIP, expuso la experiencia de las farmacias portuguesas en la vacunación de la población, una opción abierta en 2007 para participar en la campaña de la gripe. Los registros eran manuales y, en la actualidad, el 25% de la población se vacunó el año pasado contra la gripe en las farmacias, con un índice de satisfacción muy elevado. Portugal se ha convertido en un caso de estudio para otros países y se ha ampliado la vacunación a otras enfermedades, como hepatitis. Esta colaboración se ha abierto a otros servicios como la administración de medicamentos inyectables.
De 3.000 farmacias abiertas en Portugal, 2.060 están autorizadas para vacunar de la gripe. Necesitan disponer de la infraestructura y un farmacéutico formado para hacerlo. Solo los farmacéuticos pueden vacunar, aunque existe la posibilidad de contratar enfermeros para hacerlo, según explicó Luís Lourenço. Todos los profesionales sanitarios tienen acceso a los datos del paciente vacunado en la farmacia, porque los farmacéuticos pueden registrar, de forma electrónica, su actuación.
Por último, Juan Carlos Julián, director nacional de la Federación Nacional ALCER, consideró que la percepción de los ciudadanos “es favorable a la vacunación en la farmacia, porque la sociedad ha visto cómo se inmunizaba en grandes estadios. No van a ver nada extraño que quien quiera vaya a la farmacia a vacunarse de forma voluntaria y con la ventaja, sobre todo, para la población rural de tener cerca este servicio”, señaló.
“El paciente crónico tiene que identificar al farmacéutico como un profesional sanitario más para confiar en la vacunación en la farmacia”, aseguró el portavoz de ALCER. La experiencia de la COVID ha cambiado la percepción de la sociedad sobre el papel de los profesionales sanitarios. Estamos en un momento clave. “Una de las opciones es que el personal especialista pudiera recetar la vacuna al paciente y que este se pudiera vacunar en la farmacia y el farmacéutico registrar esa vacunación”, defendió.