La farmacia madrileña abre sus puertas a una vacunación más rápida y cercana  

Madrid, 21 de septiembre. El 75% de la población española estaba vacunada contra la COVID-19, a fecha de 16 de septiembre, gracias a una campaña histórica de vacunación que arrancó el 27 de diciembre. Tanto la capacidad de suministro de dosis de las compañías fabricantes, como la decisión de las autoridades sanitarias de llevarla a cabo, de forma exclusiva, con recursos y capacidades del sistema sanitario público han condicionado el ritmo y los resultados alcanzados hasta la fecha.

A diferencia de otros países, los ciudadanos en España no han tenido más opción de inmunizarse que acudir a los centros públicos habilitados para ello y cumplir con el calendario marcado por los gobiernos autonómicos.

El resultado es que, casi diez meses después de la primera inoculación, nuestro país ha logrado una tasa de cobertura vacunal que supone un éxito si se compara con los países europeos de nuestro entorno, pero que muestra signos de agotamiento y resulta insuficiente para alcanzar el nuevo objetivo del 90% establecido por los expertos.

Otro problema añadido es que miles de dosis no se han podido administrar en el periodo establecido y algunas comunidades autónomas han comenzado ya a retirarlas del circuito porque los viales empiezan a caducar y no se han podido aplicar antes de los 31 días establecidos tras congelarse. A esta situación, hay que sumar los millones de dosis de vacunas que el Gobierno ha comenzado a donar o vender en el mercado internacional sin haber alcanzado la nueva meta de inmunización.

Aumentar la tasa de cobertura hasta el nuevo nivel planteado y, sobre todo, mejorar el ritmo de vacunación de cara a próximas vacunaciones, ahora que comienza en octubre la campaña de inmunización contra la gripe, se han convertido en retos prioritarios de la sanidad española.

El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, Luis González Díez, considera que “es el momento de dar un salto cualitativo en la política de salud pública en España con la incorporación activa de los farmacéuticos a los programas de vacunación, tal y como indica la experiencia positiva de 36 países en el mundo y también la llevada a cabo en Madrid”.

“Los farmacéuticos hemos demostrado que podemos vacunar y que, colaborando con el resto de los profesionales sanitarios, se puede llegar más lejos y lograr los objetivos que nos propongamos”, asegura en referencia al programa de inmunización contra la COVID-19 organizado por el COFM para vacunar al colectivo de más de 11.500 profesionales que trabajan en oficina de farmacia, en colaboración con un equipo de médicos y enfermeros.

“No podemos fijarnos metas como las planteadas en la próxima campaña nacional de vacunación antigripal y esperar resultados sin introducir cambios en el sistema”, sostiene Luis González. El presidente emplaza a las autoridades sanitarias a “trabajar juntos para hacer posible que las farmacias se conviertan en un recurso fundamental de la estrategia de prevención, por su cercanía a la población y su compromiso profesional”.

Según los resultados obtenidos en otros países, la red de oficinas de farmacia se ha convertido en un pilar de los programas de vacunación a la hora de aumentar la cobertura de la población y ofrecer oportunidades a los colectivos más reticentes a vacunarse.

En Italia, por ejemplo, los farmacéuticos se han ganado la confianza de los grupos más remisos a inmunizarse contra el coronavirus, según las cifras registradas en el Véneto. En esta región, se habían administrado más de 27.700 dosis en las 242 farmacias que se han sumado a la campaña, más de la mitad a personas de entre 20 y 30 años. Vacunarse en las farmacias ha calado en todos los grupos de edad de forma transversal, especialmente entre los jóvenes.

Andrea Bellon, presidente de Federfarma Veneto, ha destacado así en un comunicado que las cifras obtenidas “son un reconocimiento del compromiso organizativo, pero también de relación con el ciudadano, de posibilitar un diálogo con muchos usuarios que tuvieron y tienen dudas de cara a la vacunación que el farmacéutico de confianza puede contribuir a aclarar”. 

Otro ejemplo de lo mucho que la farmacia puede ofrecer al Sistema Nacional de Salud es Irlanda. A 1 de septiembre de 2021, las farmacias irlandesas habían administrado más de un cuarto de millón de vacunas COVID-19, según datos de la Unión de Farmacias de Irlanda, incluidas 14.650 vacunas en el grupo de edad de 12 a 15 años.

La gran demanda registrada entre los grupos de edad más jóvenes pone de relieve, a juicio de los farmacéuticos irlandeses, las ventajas de la participación de la oficina de farmacia en el programa de vacunación. “Vacunarse en su farmacia local es conveniente para las personas en términos de desplazamiento y tiempo requerido”, señalan.

Son solo dos ejemplos extraídos durante la pandemia de países que han decidido potenciar el papel de los farmacéuticos en las campañas de vacunación y ofrecer a su población un servicio profesional más cercano.

En la actualidad, las oficinas de farmacia ofrecen servicios de vacunación a cerca de 1.800 millones de personas en el mundo y 36 países han legislado para permitir la administración de vacunas en las farmacias, según datos de la Federación Internacional Farmacéutica.

Solo en Europa, 13 países se apoyan en las farmacias para vacunar a la población: Portugal, Francia, Malta, Grecia, Suiza, Reino Unido, Irlanda, Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia y Estonia.

Juan Marqués