Madrid, 29 de mayo. Raquel Casado Álvaro, vocal de Titulares de Farmacia Rural del Colegio madrileño, es una de las profesionales que, con su trabajo en Buitrago de Lozoya, más ha contribuido a reivindicar el papel que cumplen las farmacias para la población residente en los municipios más pequeños durante la actual emergencia sanitaria. Casado explica que la actual pandemia "ha cambiado nuestra forma de enfrentarnos a unas enfermedades que teníamos relegadas a un segundo plano y que nunca nos imaginamos que pudieran tener tanto impacto en países desarrollados". Recientemente ha coordinado la primera edición del curso Zoonosis: enfermedades en auge, con el fin de conocer mejor las principales patologías infecciosas que se transmiten de forma natural de los animales al ser humano y ofrecer a los farmacéuticos recursos prácticos para realizar una adecuada intervención farmacéutica.
La oportunidad del curso está fuera de toda duda. ¿Cree que la actual pandemia de un nuevo coronavirus servirá a las autoridades sanitarias para estar más alerta y reforzar nuestra red de vigilancia de zoonosis?
No cabe duda. La pandemia que estamos sufriendo actualmente ha cambiado nuestra forma de enfrentarnos a unas enfermedades que teníamos relegadas a un segundo plano. Las habíamos estudiado durante la carrera, pero nunca habían llegado a tener el protagonismo que tienen ahora, ni tampoco entonces nos imaginábamos que llegarían a alcanzarlo, sobre todo en países desarrollados. Siempre han estado, para nosotros, presentes en países con sistemas sanitarios deficientes y hábitos culturales muy distintos a los nuestros.
¿Qué enfermedades infecciosas transmitidas por los animales considera emergentes en España y qué casos son más frecuentes en la Comunidad de Madrid?
Está claro que, hoy por hoy, la enfermedad infecciosa más importante es la provocada por el SARS-CoV-2 que, actualmente, está afectando a todo el planeta. Hace unos años, lo fue la infección por virus Zika, aunque afortunadamente no con la misma repercusión y letalidad, se notificaron casos de esta infección transmitida por mosquitos del género Aedes hasta en 86 países.
En España, al igual que en la Unión Europea, las zoonosis más frecuentes son la campilobacteriosis y la salmonelosis en este orden, ambas de origen alimentario. En nuestra Comunidad, son también las más habituales. En 2018, se notificaron 2.559 casos de campilobacteriosis y 1.155 de salmonelosis. Estos datos ponen de nuevo de manifiesto la importancia de concienciar a los ciudadanos de la prevención, en este caso mejorando las medidas de higiene al manipular y preparar alimentos. Tampoco podemos despreciar un detalle, que se suele desconocer, que estas enfermedades son, principalmente, de origen alimentario, pero también existe el riesgo de contraerlas a través de animales domésticos y mascotas exóticas (tortugas, iguanas y serpientes en el caso de la Salmonella spp.)
¿Considera que en España están suficientemente controlados los casos y detección de zoonosis?
A nivel institucional se tiene conocimiento y control sobre los casos que aparecen de zoonosis. Existe conocimiento de las medidas preventivas que se deben tomar para el control de la aparición de estas enfermedades. Eso no quita que sigan apareciendo y que se tenga que mantener una alerta continua para su pronta detección. Todos los años se detectan y controlan brotes de campilobacteriosis, salmonelosis, brucelosis y puntualmente otras como triquinosis, listeriosis, etcétera.
¿Qué papel puede desempeñar la oficina de farmacia rural en la detección precoz, y sobre todo, en la formación de ciudadanos?
La farmacia en general, no sólo la rural, puede jugar un papel relevante en la detección de enfermedades y en la educación sanitaria de la población. En las ciudades, cada vez hay un mayor número de mascotas, en muchas ocasiones de origen exótico, que conviven estrechamente con el hombre; mientras que en el medio rural, además de convivir con mascotas, el hombre convive con animales de explotación ganadera. La estrecha colaboración entre los veterinarios y farmacéuticos rurales favorece la detección precoz y evita la expansión de estas enfermedades.
Para ello es fundamental que estemos correctamente formados, ya que educar es algo más que informar. Conlleva un aprendizaje y un cambio en la conducta de la ciudadanía y una responsabilidad compartida entre todos. La educación sanitaria a la población es un elemento clave para que su implicación sea absoluta en el cuidado de su salud.
¿Formarse en este tipo de enfermedades infecciosas es poder prevenir en el futuro?
La formación de los profesionales sanitarios en este tipo de enfermedades es vital a la hora de prevenir la propagación de enfermedades infecciosas. Pero yo ya no hablaría de un futuro, creo que ya estamos en ese futuro. No es la primera vez que nos encontramos ante un problema de salud a nivel mundial provocado por una enfermedad de este tipo, aunque sí es cierto que nunca la hemos sufrido con esta virulencia. Por nuestro tipo de vida (viajes, hábitos alimentarios, cruce de culturas, mascotas) y por nuestra condición de ser vivo estamos expuestos a padecer en algún momento de nuestra vida alguna enfermedad infecciosa, es inevitable. El conocimiento de los farmacéuticos de las mismas siempre puede contribuir y apoyar al resto de las profesiones sanitarias en las labores de prevención y educación sanitaria. Es una responsabilidad que debemos compartir entre todos.
Juan Marqués
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