Madrid, 17 de junio. Una delegación del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid se desplazó la semana pasada a Bélgica para conocer la puesta en marcha del nuevo sistema de remuneración de las farmacias, que entró en vigor el pasado 1 de abril. El objetivo de esta reforma es "desconectar" la retribución del precio del medicamento, con el fin de ser menos dependientes de las bajadas de precios, y adaptarse al nuevo papel asistencial del farmacéutico como agente de la salud, más volcado en el seguimiento activo y personalizado de los pacientes, así como en la prevención y educación terapéutica.
Durante la reunión, el presidente de la Asociación Farmacéutica Belga, Christian Elsen, explicó las claves del nuevo sistema que no implica una mayor carga financiera para el sistema de salud de Bélgica, ni tampoco para los ciudadanos y oficinas de farmacia. Desde el 1 de abril, los farmacéuticos belgas son remunerados por los medicamentos reembolsables sobre la base de honorarios fijos y no exclusivamente sobre un margen económico sobre el precio de los medicamentos.
Los honorarios -de base por dispensación incluido en el precio público del medicamento y complementos por ejecutar tareas específicas- están así totalmente disociados del valor de compra de los medicamentos.
Una de las ventajas del modelo es que los farmacéuticos ven reconocido el valor asociado a la dispensación, mientras que los pacientes tendrán un conocimiento directo del coste real de los tratamientos, así como de las prestaciones complementarias que realizan los farmacéuticos.
En un próximo número de Digital Farmadrid, se facilitará más información sobre el sistema regulado por decreto en Bélgica, cuyos resultados se evaluarán en el plazo de dos años.
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