Saint Paul-Minneapolis, 15 de julio. Más de la mitad de los médicos experimenta el síndrome de burnout o de estar quemado, asociado a episodios de depresión y altas tasas de suicidio, pobres resultados para el paciente y un aumento de los errores médicos. Una vía para reducir esta situación tan gravosa para la salud y el sistema sanitario es analizar cómo se puede mejorar la satisfacción de los equipos de Atención Primaria (AP).
En un estudio publicado recientemente en The Journal of the American Board of Family Medicine, un equipo de investigación de la Universidad de Minnesota entrevistó a profesionales de AP, incluyendo médicos, enfermeras y técnicos, para ver cómo la inclusión de farmacéuticos en Primaria impacta en la carga de trabajo clínico, la satisfacción profesional y el burnout.
Los farmacéuticos que participan en el área asistencial prestan un servicio llamado gestión comprensiva de la medicación (comprehensive medication management -CMM-). A través de la CMM, todas las medicaciones son valoradas para asegurar su idoneidad, seguridad y respuesta a objetivos deseados y que pueden prescribirse.
Kylee Funk, investigadora jefe y profesora asistente en la Facultad de Farmacia, apunta que el equipo de investigación halló que los profesionales de Primaria describen a los farmacéuticos como colaboradores y profesionales que aportan un conocimiento complementario y un conjunto de habilidades.
Cuando los farmacéuticos están integrados en un equipo clínico, los profesionales notan una mejora en muchos aspectos: descenso de la carga de trabajo, satisfacción de los pacientes por recibir una mejor atención, más seguridad, menos cansancio mental, aprendizaje profesional, más calidad y potenciación del acceso a la atención.
Estos siete aspectos identificados en el estudio se centran en cómo los farmacéuticos mejoran el trabajo y la vida de médicos y enfermeras, que incluye satisfacción profesional y trabajo clínico, y se alinean con factores desencadenantes del burnout que están documentados en la literatura académica.
"Como comunidad médica, estamos muy preocupados por el burnout", señala Funk. "Nuestros resultados están prometiendo a los responsables de la atención sanitaria que están buscando soluciones un descenso del burnout y un aumento de la satisfacción en el trabajo. Es genial identificar que trabajar con un farmacéutico puede ofrecer importantes beneficios para los clínicos". Una investigación previa había ya mostrado beneficios para los pacientes cuando los farmacéuticos son parte y colaboradores de un equipo de Primaria.
Funk añade que el estudio demuestra que los equipos de primaria que integran un farmacéutico en la atención clínica pueden ser una buena estrategia para afrontar el síndrome de quemado que necesita más investigación cuantitativa.
La investigación se llevó a cabo junto con la Universidad de Carolina del Norte y la Academia Americana de Médicos de Familia y fue financiada por la Facultad Americana de Farmacia Clínica y la Fundación ACCP.
Fuente: Minnesota College of Pharmacy
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Portada Nº 156Cuando los farmacéuticos están integrados en un equipo clínico, los profesionales notan una mejora en muchos aspectos: descenso de la carga de trabajo, satisfacción de los pacientes por recibir una mejor atención, más seguridad, menos cansancio mental, aprendizaje profesional, más calidad y potenciación del acceso a la atención, señala la investigadora Kylee Funk.
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