Viernes, 19 de abril de 2024

Luis González Díez: “La atención farmacéutica será un servicio básico para los madrileños”

"El texto potencia la figura del farmacéutico como agente de salud y lo hace siempre en un marco de coordinación institucional"

Madrid, 29 de octubre. Mundo Farmacéutico entrevista al presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, Luis González Díez, sobre las novedades incluidas en el proyecto de Ley de Farmacia que se tramita en la Asamblea regional. Para el presidente se trata de "una excelente oportunidad para promover una participación más activa del farmacéutico en todos aquellos aspectos y niveles asistenciales que tienen que ver con el uso racional de los medicamentos". Los ciudadanos serán los grandes beneficiados de esta norma, ya que "contarán con más servicios farmacéuticos y se beneficiarán de un mejor acceso a la prestación en todos los ámbitos", explica Luis González. Por su interés para los lectores reproducimos a continuación la entrevista.

¿Qué puntos destacaría del proyecto de Ley que más beneficiarán a los farmacéuticos y a los ciudadanos?

Resulta difícil de resumir. Se trata de un proyecto de Ley que, sin duda, es ambicioso para la farmacia, porque responde a muchas de las aspiraciones profesionales de los farmacéuticos que necesitamos desarrollar a través de un nuevo marco legal para atender las necesidades y demandas que nos plantean hoy los ciudadanos.

La flexibilidad horaria; la ampliación de las secciones en oficinas de farmacia para realizar actividades de nutrición y dietética, entre otras; la nueva ordenación farmacéutica que prioriza los traslados precisamente para evitar que en Madrid haya farmacias que tengan que ser subvencionadas para seguir abiertas; o la regulación de las funciones y servicios que se realizan en la oficina de farmacia son algunos de los aspectos que destacaría de un texto que potencia la figura del farmacéutico como agente de salud y que lo hace siempre en un marco de coordinación institucional.

¿Y qué echan en falta?

Claro que nos hubiese gustado ir más allá en algunas cuestiones, como potenciar los canales de comunicación entre profesionales de la sanidad para prestar una atención continuada e integral como nos piden los propios pacientes. Pero, en líneas generales, se trata de un magnífico proyecto que espero cuente ahora con el apoyo y la confianza de los grupos políticos en su tramitación en la Asamblea porque saldremos ganando todos: los ciudadanos, la sanidad madrileña y, por supuesto, la profesión farmacéutica.

¿Veinte años desde la última ley es demasiado tiempo para la Farmacia?

Sin duda. Hay necesidades sociales, sanitarias, tecnológicas y profesionales que no podemos seguir obviando. Necesitamos un nuevo marco legal para responder a realidades emergentes como el envejecimiento de la población o el uso de la tecnología. El Gobierno regional así lo ha entendido al promover nuevos marcos de colaboración con la oficina de farmacia para trabajar juntos, con el resto de profesiones, en los retos que nos plantean la cronicidad, la dependencia o el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación. La farmacia y la profesión necesitan evolucionar y transformarse para responder con garantías a estas nuevas demandas contando con una seguridad jurídica que nos permita avanzar en el ámbito de la atención farmacéutica.

La norma potencia el papel del farmacéutico como agente de salud. ¿De qué forma?

En efecto, contamos con una red de oficinas de farmacia y unos profesionales que son una referencia mundial y creemos que es el momento de darle más contenido promoviendo una participación más activa del profesional en todos aquellos aspectos y niveles asistenciales que tienen que ver con el uso racional de los medicamentos. Para ello hemos agrupado las funciones y servicios que se realizan en la oficina de farmacia en tres bloques: los relacionados con los medicamentos y los productos sanitarios, con la atención farmacéutica y con la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. Se trata de servicios que impulsan la atención farmacéutica como un servicio básico de la población. En el caso de las condiciones de la colaboración de las oficinas de farmacia con el Servicio Madrileño de Salud se desarrollarán a través de la concertación con el Colegio Oficial de Farmacéuticos. El desarrollo de las distintas actividades y servicios asistenciales lo decidirá, en cualquier caso, la Consejería, según los protocolos y requisitos que se fijen.

¿Por qué es tan importante impulsar también la atención farmacéutica domiciliaria?

Existe una realidad social y existe una demanda de un colectivo de pacientes y personas dependientes, que es la que pretende atender el proyecto de Ley impulsando la labor del farmacéutico como agente de salud allí donde es experto y competente, en el uso racional del medicamento. Se trata de un servicio que se prestará a los ciudadanos que lo demanden y que se relacionará con el seguimiento farmacoterapéutico, la adherencia a los tratamientos o la detección de reacciones adversas o problemas relacionados con los medicamentos. La actuación del farmacéutico en estas áreas no solo está amparada por la ley, sino que está avalada además por unos resultados que se traducen en la mejora del estado de salud de los pacientes y su calidad de vida, y en ahorros para el Sistema Nacional de Salud.

¿Entiende el conflicto de competencias planteado por los representantes de la Enfermería en Madrid?

Desde el primer momento hemos tendido la mano para aclarar, explicar o trabajar en aunar posiciones, buscando siempre el interés y en beneficio de los ciudadanos. Ese es el objetivo que nos guía como farmacéuticos y que considero, sinceramente, que compartimos todos los profesionales sanitarios. No creo que debamos caer en falsos debates competenciales porque las leyes son muy claras al respecto. Sigo creyendo que tenemos que abordar desde la cooperación multidisciplinar ese gran reto que supone garantizar la continuidad asistencial a pacientes mayores, que son dependientes en muchos casos y que están siendo polimedicados porque arrastran muchas enfermedades crónicas. Si conseguimos trabajar juntos en esta dirección, el Sistema Nacional de Salud habrá dado un paso de gigante en favor de una atención integral y de calidad de los ciudadanos.

¿Cómo se quiere apoyar a los farmacéuticos que ejercen en oficinas de farmacia rurales?

La farmacia rural tiene un trato diferencial y así se ha plasmado en el proyecto. Desde luego que merece ser apoyada desde las instituciones porque es un apoyo y presta un servicio indispensable para muchos ciudadanos en condiciones difíciles y exigiendo, en muchos casos, demasiado tiempo y dedicación. La farmacia rural madrileña no es muy diferente al resto pero, quizás, la falta de movilidad de los farmacéuticos rurales y las rigideces que soportan en cuestiones como horarios, guardias, etcétera, son cargas que ahora tenemos la oportunidad de resolver.

El proyecto rebaja a 35 horas semanales el horario ordinario y oficial de las oficinas abiertas en municipios de menos de 1.500 habitantes que no cuenten con centro de salud con servicio de urgencias. También queremos dar facilidades al concurso de traslados antes de proceder a la apertura de nuevas oficinas de farmacia, lo que permitirá la movilidad del farmacéutico rural. Otra medida de interés es la organización de los servicios de guardia entre oficinas de farmacia ubicadas en municipios próximos cuando las características sociodemográficas y la densidad de la población así lo justifiquen o la autorización de botiquines en los municipios que no cuenten con oficina de farmacia o en supuestos de alta concentración de población por turismo de temporada, además de liberar al farmacéutico rural de la exigencia de contratar un adjunto cuando decidan ampliar su horario.

¿Con la Ley se culmina un proceso para potenciar el papel sanitario del farmacéutico dentro del SNS?

No sé si se culmina, pero se ofrece una base legal firme para desarrollar este papel. El Colegio ha promovido en los últimos 20 años distintos programas y proyectos piloto de atención farmacéutica y, de hecho, firmamos un Convenio de colaboración con la Consejería en 2016 para desarrollar, precisamente, servicios y programas de salud que hemos puesto en marcha en la región en el terreno de la prevención y promoción de la salud. Ahora lo que estamos haciendo en Madrid es regular por ley una serie de servicios de atención farmacéutica que consideramos responden a una necesidad social, como el caso de la atención domiciliaria, además de fijar las condiciones de la colaboración y la participación de la farmacia en los distintos niveles asistenciales de la sanidad. Con ello queremos garantizar la continuidad asistencial y el derecho de los pacientes a acceder a una prestación farmacéutica de calidad. Si lo estamos haciendo en Madrid es porque no hay una norma básica del Estado que regule, por ejemplo, la atención farmacéutica domiciliaria, ni tampoco que desarrolle los servicios farmacéuticos recogidos en la Ley 16/1997, de Regulación de Servicios de las Oficinas de Farmacia. 

La nueva Ley de Farmacia de la Comunidad de Madrid nos va a permitir desarrollar con garantías legales la atención farmacéutica como un servicio básico a la población madrileña.

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"La farmacia y la profesión necesitan evolucionar y transformarse para responder con garantías a las nuevas demandas contando con una seguridad jurídica que nos permita avanzar en el ámbito de la atención farmacéutica", sostiene Luis González Díez.

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