Madrid, 19 de abril. 36 médicos de familia, 31 enfermeros del Centro de Salud Daroca de la capital madrileña y los farmacéuticos de Atención Primaria y de las 37 oficinas de farmacia en el distrito de Ciudad Lineal llevan demostrando desde 2011 cómo se puede avanzar trabajando juntos en beneficio de la salud de los pacientes, sin falsos debates competenciales y teniendo claro sus respectivos ámbitos de actuación.
María del Puy Heredia Ochoa, farmacéutica titular de la oficina de farmacia situada en la calle María Teresa Sáenz de Heredia que participa en el programa de colaboración, subraya la importancia de "mejorar la comunicación, de poner cara al médico y al farmacéutico, y de comprender las diferentes dinámicas de trabajo porque la percepción es muy diferente", señala a Digital Farmadrid.
El programa de colaboración puesto en marcha en este centro se ha convertido en un modelo de trabajo colaborativo gracias al alto grado de implicación interprofesional y a la propia satisfacción de los ciudadanos, que han llevado a la Consejería de Sanidad a trasladar esta experiencia a otros centros de salud. María del Puy Heredia considera que es un proceso en el que "hay que ir de menos a más, teniendo en cuenta que el primer paso es ponerse en contacto con los médicos del centro". Es lo que hicieron los farmacéuticos de la zona hace siete años estableciendo cuatro objetivos o líneas básicas de cara a mejorar la seguridad y la calidad en la prescripción y dispensación de medicamentos.
Puy Heredia, Nuria Jiménez y Antonio Cabrera (medicos del centro de salud Daroca) y Alicia moro (farmacéutica delegada de zona)
En primer lugar, se trataba de mejorar la comunicación entre médicos, farmacéuticos y pacientes. Para ello se habilitó un correo electrónico y una línea de teléfono directa para comunicar incidencias, dudas con las recetas, problemas con la medicación de los pacientes. "Hemos ahorrado recursos a la Administración y mucho tiempo tanto a los profesionales como a los pacientes, que ya no tienen que desplazarse de nuevo al centro de salud para resolver cuestiones que, si son urgentes, podemos aclarar en el mismo momento con el prescriptor a través del teléfono", explica esta farmacéutica. Una ventaja, sin duda, para muchos pacientes que presentan una movilidad reducida, ya que se trata de una población envejecida, recuerda.
En la actualidad, esta comunicación interprofesional se ha reforzado con la creación de un grupo por Whatsapp entre médicos y farmacéuticos de la zona, con el fin de comunicar desabastecimientos de medicamentos o alertar de recetas falsas. Y es que, en el caso de los desabastecimientos, "hasta que llega la información oficial al médico pueden pasar fácilmente dos o tres meses", reconoce. Las farmacias están colaborando para reducir la incidencia de este problema con el envío de los albaranes de los medicamentos que presentan faltas y comunicándose entre sí la disponibilidad de los fármacos.
El siguiente paso fue organizar sesiones formativas conjuntas con carácter mensual donde, además de compartir información sobre incidencias entre los profesionales participantes, se ponen en común actuaciones en patologías concretas en sesiones monográficas de formación clínica que permiten el abordaje de enfermedades crónicas desde las oficinas de farmacia o de formación en farmaeconomía desde el punto de vista médico, para que dispongan de un conocimiento más preciso sobre el papeleo que implica la receta y las claves de la economía de la farmacia.
De las primeras sesiones formativas se ha pasado ahora a elaborar videos explicativos de cómo prescribir, por ejemplo, determinado producto sanitario e incluso a abordar las alertas sanitarias en un formato de karaoke.
Otra de las líneas impulsadas por los profesionales de este barrio madrileño es en investigación. Además de en desabastecimientos, una de las líneas desarrolladas es el trabajo conjunto en los sistemas personalizados de dosificación, donde ha existido un alto grado de implicación de los médicos. "Hemos mejorado el conocimiento de los médicos de esta herramienta farmacéutica que resultan tan útil para favorecer la adherencia a los tratamientos y el uso seguro de los medicamentos, sobre todo en el caso de los pacientes polimedicados", apunta esta doctora en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid.
Por último, los profesionales están trabajando codo con codo en impulsar la educación en salud de los pacientes. Para ello han grabado vídeos para promover, por ejemplo, el ejercicio físico que se pueden consultar en Youtube, con títulos en clave de humor como ‘Menos pastilla y más zapatilla'. Este vídeo hace referencia al "peregrinaje que deben hacer los pacientes en busca de un tratamiento desabastecido por las farmacias del barrio, que les lleva a hacer ejercicio físico y adelgazar con el consiguiente beneficio para su salud", explica María del Puy Heredia.
Otro contenido difundido a través de las redes sociales, donde tienen también presencia en la red social Twitter, es ‘¿Quieres dormir sin pastilla?', un vídeo donde se trata la deshabituación farmacológica y que cuenta con la participación de los farmacéuticos de Atención Primaria de la zona básica de salud. Este problema de salud también se está abordando a través de tres sesiones formativas en las que han participado entre 20 y 35 profesionales y donde se aprenden, por ejemplo, técnicas de relajación para reducir el consumo de benzodiazepinas. Más de la mitad de los pacientes bajo tratamiento han dejado el lorazepam en un mes y el resto ha reducido la dosis, según los resultados publicados.
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