Jueves, 25 de abril de 2024

Artículo Si no es ahora, cuándo

Real Decreto 5/2000: si no es ahora, ¿cuándo?

Por su interés para los lectores de Digital Farmadrid, recogemos el artículo del presidente del COFM, Luis González Díez, publicado en el Anuario 2018 de El Global.

"Han pasado 17 años desde que se implantó en España un sistema de extracción de recursos de las oficinas de farmacia que es único en Europa. Ninguna farmacia europea está obligada a aplicar una deducción en función de su volumen de ventas al SNS y, mucho menos, durante casi dos décadas. Se trata de una anomalía que el modelo español no puede arrastrar por más tiempo por distintos motivos.

En la actualidad, no hay ninguna razón económica que justifique el mantenimiento indefinido de este sistema de descuentos que, recordemos, se impuso vía real decreto ley como medidas "urgentes y extraordinarias" para contener el gasto público farmacéutico en el año 2000 y por la necesidad extraordinaria de reducción del déficit en 2010. Desde el Colegio de Madrid creemos que ha llegado el momento de adaptar o suprimir este gravamen atípico que merma la rentabilidad de la farmacia e hipoteca el futuro del sector.

La evolución de los principales indicadores económicos de la farmacia demuestra que el sector lejos de avanzar ha retrocedido y se ha estancado en los últimos años. Ha tenido que esperar hasta 2015 para recuperar el volumen de negocio registrado en 2006, sin alcanzar todavía los niveles de rentabilidad de 2008. Casi una década en la que los gastos de personal no han dejado de incrementarse, lo que ha obligado a la farmacia española a recortar su inversión en activos materiales de una forma drástica y ajustar sus existencias al máximo para seguir manteniendo el empleo y la calidad en la atención farmacéutica.

Es de justicia pues que, una vez superada la crisis que ha obligado al sector a realizar un esfuerzo desproporcionado al peso que el gasto en Farmacia tiene en el conjunto del gasto público en Sanidad, se supriman estas aportaciones obligatorias que afectan a la mitad de las farmacias abiertas en España y que impiden que el sector invierta en su futuro, contribuyendo así a la riqueza del país y la generación de empleo.

Si la farmacia española no aprovecha la actual coyuntura económica favorable, que está acompañada además del control del gasto en recetas, para exponer con cifras su reclamación de supresión del sistema de descuentos, ¿cuándo será el momento? ¿Cuando cambie el ciclo económico?

La aprobación del sistema VEC para subvencionar a las mil farmacias que ya han acreditado sus escasos ingresos es solo un indicador de la difícil situación económica que siguen atravesando muchos farmacéuticos en España y que, precisamente, se puede volver en contra del actual modelo de ordenación y de remuneración por mostrar sus carencias para cumplir con los objetivos de salud expuestos.

La respuesta no pueden ser ni las subvenciones ni tampoco el cobro de nuevos servicios farmacéuticos. Precipitar esa vía será empezar a construir la casa por el tejado. Si se pretende avanzar en el terreno de la farmacia asistencial, antes hay que eliminar un sistema de descuentos que sigue erosionando los pilares económicos de la farmacia y la sostenibilidad del modelo, además de frenar la salida de medicamentos innovadores de Diagnóstico Hospitalario del canal de farmacia y recuperar aquellos que se han perdido. Son dos aspiraciones prioritarias, sin duda, para el sector.

Una de las fórmulas para acabar con las deducciones podría ser fijar un límite ajustable en el tiempo que permita al sector mantener el margen bruto de las farmacias previo a la crisis. Se trata de una medida que garantizaría la accesibilidad de la población al medicamento y la calidad de la prestación farmacéutica, así como el sostenimiento de la red de oficinas de farmacia.

Otra iniciativa que se puede plantear es asegurar que parte de los fondos extraídos de la farmacia se reinviertan en el futuro del sector, como hace la industria farmacéutica con los descuentos en función de su volumen de ventas.

Otros planteamientos podrían ser lograr ventajas en la dispensación de genéricos mediante incentivos a la dispensación de los genéricos que, al fin y al cabo, suponen el grueso de la facturación de la Farmacia.

Lo que resulta evidente es que, después de tantos años, y a diferencia de la industria farmacéutica, la Farmacia española no dispone ni tan siquiera de ningún programa Profarma, ni tampoco ha logrado firmar acuerdos favorables con el Gobierno que les permiten encarar el futuro sin tanta incertidumbre y mantener una línea de colaboración abierta que redunda en la economía y la imagen del sector". 

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Demanda justa

"Es de justicia pues que, una vez superada la crisis que ha obligado al sector a realizar un esfuerzo desproporcionado al peso que el gasto en Farmacia tiene en el conjunto del gasto público en Sanidad, se supriman estas aportaciones obligatorias que afectan a la mitad de las farmacias abiertas en España y que impiden que el sector invierta en su futuro, contribuyendo así a la riqueza del país y la generación de empleo".

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