Lisboa, 10 de enero. Más de un quinto de las farmacias portuguesas, el 21,4 por ciento, estrenó el nuevo año en situación de crisis económica, afrontando procesos de insolvencia y embargo, sin garantías de seguir adelante.
La crisis de la farmacia portuguesa se agudizó en 2017 y afecta ya a 630 oficinas de un total de 2.943. Estas farmacias se encontrarían en una situación económica difícil, de acuerdo con el barómetro del Centro de Estudios de Evaluación en Salud (CEFAR).
"La economía portuguesa ha dado pasos hacia delante, pero las farmacias siguen viviendo en un clima de crisis y austeridad", explica Paulo Cleto Duarte, presidente de la Asociación Nacional de Farmacias (ANF). Las farmacias son la mayor red de servicios de salud en Portugal y el servicio mejor distribuido en todo el territorio. "A pesar de las dificultades, los farmacéuticos y sus equipos continuarán luchando para seguir ofreciendo a las poblaciones más aisladas acceso a la asistencia sanitaria", añade el presidente de la ANF.
Incentivos a la dispensación de genéricos
Por otro lado, en el primer semestre de 2017, las farmacias lusas recibieron cuatro millones de euros en el marco del nuevo régimen de incentivos a la dispensación de medicamentos genéricos, que entró en vigor en enero del año pasado. Este montante tiene como objetivo compensar el descenso de ingresos de 12,6 millones de euros por la dispensación de genéricos. "Este incentivo no es suficiente, pero es indispensable para la supervivencia de muchas farmacias", asegura Cleto Duarte.
Fuente: ANF
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