Londres, 12 de noviembre. La farmacia St Aldhelm de Frome, al este de Somerset, dejó de utilizar su robot dispensador en 2014 para recuperar el "toque humano" en su actividad diaria con excelentes resultados.
La farmacia comenzó en una portacabina en 2011 dispensando 3.000 recetas al mes y ahora factura cerca de 25.000 mensuales sin contar las ventas libres.
La responsable de St Aldhelm, Nikki Winter, explica que "gastamos mucho tiempo en el pasado gestionando el robot y perdimos el foco en nuestros clientes que, por supuesto, son lo más importante". "El cambio de la automatización para volver a la gente real supone una gran diferencia", esgrime Winter.
St Aldhelm emplea en la actualidad a 16 profesionales, siete a tiempo completo y seis a tiempo parcial, además de tres a tiempo partido.
La política del Gobierno a favor de la expansión de la dispensación automatizada entre las farmacias independientes comenzó a paralizarse en mayo y Nikki Winter señaló que el éxito del negocio de la farmacia demuestra que hay una alternativa rentable a ese modelo.
El cambio fue parte de una estrategia diseñada por una consultoría que gestiona 13 farmacias entre Barnsley y Cambridge.
La directora de Warwick Healthcare, Kav Hundley, apuntó que "como con cualquier negocio, no hay una única solución, pero en este caso nuestro consejo fue alejarse de la automatización. Eso fue, por supuesto, el primer paso de una serie de movimientos pensados para buscar el crecimiento el negocio".
Fuente: C+D
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Portada Nº 128La responsable de St Aldhelm, Nikki Winter, explica que "gastamos mucho tiempo en el pasado gestionando el robot y perdimos el foco en nuestros clientes que, por supuesto, son lo más importante". "El cambio de la automatización para volver a la gente real supone una gran diferencia", esgrime Winter.
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