Madrid, 25 de junio de 2024. “Respirar es vivir y debemos prevenir las enfermedades respiratorias, diagnosticar antes e intervenir antes”. Es una reflexión del doctor Julio Ancochea Bermúdez, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de La Princesa, que sirve para poner en valor el proyecto Respirafarma. La relevancia de este estudio para el cribado de la EPOC en farmacias madrileñas, en el que colaboran la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) y el hospital madrileño, está más que justificada. Tres de cada cuatro pacientes con EPOC no están diagnosticados, según advierte uno de los grandes especialistas en salud pulmonar de España. Desde 2009 coordina la Estrategia EPOC del Sistema Nacional de Salud y siempre ha priorizado la labor de equipo en su dilatada trayectoria de 24 años al frente del mejor servicio médico en Atención al Paciente de España, según los premios Best in Class de 2023. En su opinión, "es necesario ampliar el número de farmacéuticos comunitarios especialistas en respiratorio”, porque “pueden jugar un papel esencial en la prevención y control de la enfermedad y ampliar las vías y posibilidades de cribado”.
Los resultados de la primera fase del estudio de Respirafarma han mostrado la utilidad de las farmacias en el cribado de EPOC: ¿por qué considera importante potenciar la labor de equipo entre médicos y farmacéuticos para mejorar las cifras de diagnóstico de esta enfermedad?
La prevalencia actual de la EPOC en España está en torno al 12 % en mayores de 40 años. A pesar de esta alta prevalencia y de que la EPOC se está rejuveneciendo y feminizando, las cifras de infradiagnóstico son realmente preocupantes. El estudio EPISCAN II refleja que cerca del 75 % de los pacientes no están diagnosticados y el tratamiento se instaura en fases avanzadas de la enfermedad. Debemos profundizar en el concepto de “salud pulmonar”. Tenemos que establecer estrategias que nos permitan diagnosticar antes e intervenir antes en una enfermedad crónica, progresiva e invalidante, paradigma de enfermedad crónica, con frecuentes manifestaciones extrapulmonares y comorbilidades asociadas a la propia EPOC, al envejecimiento y al tabaquismo, que conlleva un importante impacto sanitario, económico y social. De cara a la detección precoz es necesario incorporar a más profesionales sanitarios cualificados, como es el caso de los farmacéuticos comunitarios, que pueden jugar un papel esencial en la prevención y control de la enfermedad y ampliar las vías y posibilidades de cribado.
En su opinión, ¿qué ajustes cabe proponer en la segunda fase del estudio que se iniciará en octubre para reforzar esta colaboración entre oficinas de farmacia y hospital y qué objetivos se podrían marcar de cara al futuro si se consigue movilizar una red asistencial de tres mil farmacias?
Sería interesante aprovechar el impulso del proyecto Respirafarma y ampliar el número de farmacéuticos comunitarios especialistas en respiratorio, que además no solo sean capaces de realizar el cribado de usuario con sospecha de EPOC, mediante un cuestionario clínico y la utilización de medidores portátiles de la función pulmonar validados, sino que también participen de manera activa en la educación sanitaria y el seguimiento del paciente respiratorio, revisando la técnica de inhalación (errores críticos), la adherencia terapéutica (test TAI) y el grado de control de la patología (test CAT).
¿Qué formación necesitan los farmacéuticos para integrarse en este proyecto y cuáles serían los síntomas principales de alerta profesional y los criterios de derivación al hospital que es necesario seguir en el caso de la EPOC?
Los farmacéuticos se han formado mediante el curso Papel del farmacéutico comunitario en el manejo de la EPOC de SEFAC impartido por neumólogos, médicos de familia y farmacéuticos comunitarios, que aborda desde la definición, síntomas, tratamiento hasta el cribado de la EPOC desde la farmacia comunitaria, mediante la realización de test COPD-PS y posterior espirometría vital forzada portátil en los casos que es necesario. Se han realizado diferentes talleres de formación específicos sobre la técnica espirométrica impartidos por neumólogas de la unidad de función pulmonar del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de La Princesa y enfermeras expertas en espirometría de la citada unidad.
Se consensuaron los criterios de derivación y, en el caso de que desde la farmacia comunitaria se detectase una persona mayor de 35 años, con antecedentes de tabaquismo u otros factores de riesgo, y con síntomas respiratorios como tos, expectoración y/o disnea, que presentase una puntuación del test COPD-PS mayor o igual a 4, se le invitaba a realizar una espirometría en la farmacia. Si el resultado ofrecía un cociente FEV1/FVC inferior al 70 % o un FEV1 inferior al 80 % o FVC inferior al 80 % era derivado al Servicio de Neumología del hospital que, posteriormente, realizaba las pruebas de función respiratoria oportunas, con y sin test de broncodilatación.
En términos de salud y calidad de vida, ¿qué supone para el paciente detectar a tiempo esta enfermedad? ¿Cómo es posible que casi tres millones de personas esté sin diagnosticar de EPOC en España?
Sabemos que la detección precoz en fundamental en cualquier patología, cuanto antes diagnostiquemos y se puedan tomar medidas mejor, pero en este caso, tratándose de la EPOC, es todavía más relevante, ya que sabemos que la mayor pérdida de función respiratoria se produce en los primeros años de desarrollo de la enfermedad. Respecto al importante número de personas que padecen EPOC y aún no están diagnosticadas confluyen varios factores, la falta de realización de las pruebas respiratorias oportunas, falta de reconocimiento de síntomas compatibles con la enfermedad por parte de los pacientes, el sentimiento de responsabilidad/culpa de muchos de ellos debido a la asociación de esta patología con el consumo de tabaco, la negación de la enfermedad o el rechazo a conocer un posible diagnóstico.
¿Y en términos económicos? ¿Considera el cribado de las enfermedades respiratorias una acción sanitaria coste efectiva para el sistema de salud?
Por supuesto, siempre es importante detectar cuanto antes la enfermedad y esto es especialmente importante en la EPOC, donde las exacerbaciones de los pacientes acaban en ocasiones en ingresos y reingresos hospitalarios. Se estima que la EPOC consume el 2 % del presupuesto de la sanidad pública española y supone un gasto que alcanza los 3.000 millones al año. La partida más importante de los costes directos corresponde a los gastos hospitalarios y se estima que un 15 % de los pacientes (pacientes no controlados con frecuentes exacerbaciones) consumen el 80% de los recursos. A los costes directos de la EPOC, los recursos consumidos, se suman los costes indirectos como recursos perdidos, ya sea incapacidades, bajas laborales, etcétera, y los intangibles, como pérdida progresiva de calidad de vida, en una enfermedad progresiva e invalidante.
Después de la COVID, ¿cree que no se habla lo suficiente de las enfermedades respiratorias?
Creo que sigue siendo necesario visibilizar las enfermedades respiratorias; a día de hoy siguen siendo grandes desconocidas por una parte importante de la población. Como ejemplo muchos pacientes son conscientes que es aconsejable realizarse una analítica al año y se toman la presión arterial, pero pocos pacientes preguntan por el estado de salud de sus pulmones y se realizan pruebas respiratorias. Es necesario seguir concienciando a la población sobre el abandono de consumo de tabaco y productos asociados, así como del chequeo de su función pulmonar, especialmente en aquellas personas que ya presentan síntomas. Reivindicamos la importancia de la salud pulmonar. Respirar es vivir y debemos prevenir las enfermedades respiratorias, diagnosticar antes e intervenir antes.
Por último, ¿qué papel cree que puede jugar el farmacéutico en el seguimiento y control posterior del paciente respiratorio? ¿Debe formar parte la farmacia de una futura Estrategia Nacional en Enfermedades Respiratorias del SNS?
Desde luego, los farmacéuticos comunitarios son profesionales sanitarios de primer nivel que están en contacto frecuente con los pacientes, quienes los visitan al menos una vez al mes para retirar su medicación, o usuarios que no se sienten enfermos y acuden a la farmacia consultando por un síntoma menor como la tos o un catarro. Los farmacéuticos comunitarios formados son un eslabón esencial en nuestro sistema sanitario, juegan un papel esencial en la prevención y educación sanitaria y pueden ayudar no solo en el cribado de enfermedades como la EPOC, sino que también pueden ayudar a mejorar la adherencia terapéutica y el correcto uso de los dispositivos de inhalación, verificando que el dispositivo se adecúa al estado de salud del paciente, revisando la técnica inhalatoria, que no aparezcan errores críticos así como valorando el grado de control de la enfermedad, permitiendo la derivación de los pacientes al médico cuando aparezcan situaciones que lo requieran como la detección precoz de exacerbaciones o el empeoramiento del control de la enfermedad.
Juan Marqués